El tenis de Gimnasia tiene entre sus filas a Ámbar Miranda Corbalán, una jugadora de 11 años que se consolida como la futura promesa de nuestra ciudad.
En Gonnet se construye un sueño, el de la joven promesa del tenis Ámbar Miranda Corbalán, que aspira a poder convertirse el día de mañana en una jugadora profesional. A sus 11 años de edad ya está becada en Gimnasia por su destacado talento que la coloca dentro de Top 5 del país en la categoría Sub-12.
En una entrevista con El Clásico, su entrenador Christian Rodríguez contó acerca de la historia del orgullo de una familia sacrificada que comenzará a codearse con las futuras promesas del tenis.
—¿Cómo es el presente de Ámbar?
—Actualmente está jugando Grado 3 y Grado 2. La semana que viene va a jugar en Grado 1, que es el torneo más importante de menores en la Argentina. Lo juegan los mejores 30 del país en cada categoría, ella es número 4 de la región y número 5 del país en la categoría Sub-12. Desde hace cuatro años que juega al tenis, salió de la Escuela Municipal de la República de los Niños. Hace tres años que soy su entrenador y la tengo becada en Gimnasia.
—¿Cuál es su objetivo en el tenis?
—Su objetivo en el tenis es que a futuro pueda llegar a ser profesional y que pueda vivir de hacer esto que tanto le gusta. Pero actualmente no estamos mirando más de la proyección del día a día. Buscamos que tenga experiencia y afiance su nivel nacional para que pueda pasar a jugar torneos sudamericanos más adelante.
—¿Qué necesitaría para poder alcanzarlo?
—Para poder llevar adelante una gira sudamericana lo que más hace falta son los recursos económicos. En cuanto al entrenamiento, ella está becada en Gimnasia, consigue raquetas pero lo que necesitamos sería algún tipo de sponsor o empresa que pueda costear los viajes.
—¿Qué tiene Ámbar como potencial en su juego?
—Ámbar tiene mucho potencial. Le pega muy fuerte de derecha y tiene bastante viveza para tomar las decisiones, es muy inteligente, sabe cuándo pegar y cuándo no, en qué momento le conviene atacar al rival.
—¿La pandemia afectó a sus entrenamientos?
—La pandemia no afectó a sus entrenamientos, porque nosotros seguíamos vía Zoom. Hacíamos entrenamientos físicos y de técnica, estuvimos en contacto toda la cuarentena. Cuando volvimos, hicimos una pretemporada bastante dura, con doble turno para poder ponernos a punto y no regalar los meses que estuvieron parados.
—¿Cómo es la exigencia para una chica de su edad?
—La exigencia para una chica de su edad es algo que hay saber llevar, sin exigirla demás. Tiene un nivel muy alto pero no deja de ser una nena, tiene 11 años y queremos que se divierta. Esto es un juego, y por más de que entrene a full tiene que disfrutarlo.