Decidida a conquistar el mundo del entretenimiento, sin focalizarse en una sola faceta, pandemia mediante se quedó más tiempo en el país. Pronto regresará a EE. UU. por trabajo.
Ecléctica y con una carrera que recorre espacios diversos como la actuación, la conducción y el doblaje, Daniela Aita, conocida popularmente como Dakyta, reparte sus días entre la Argentina y Estados Unidos, en donde hace tiempo se instaló para impulsar internacionalmente su trabajo. Diario Hoy habló con ella para saber más de su presente y próximos pasos.
—¿Cómo te sentís de nuevo en la Argentina?
—Estoy feliz de volver, no conocía a mi sobrina, que nació en febrero del año pasado, y me sentí muy bienvenida, más allá de mi familia, claro, por todos.
—¿Es complicado manejar tus ganas de estar acá y apostar afuera a la carrera?
—Es muy difícil tener a la familia lejos, más nosotros que tenemos una cultura muy familiar. Más allá que la tecnología acerca, no es lo mismo. Igualmente mi pasión, ser actriz, es muy fuerte desde que nací, y siempre supe que eso me llevaría a recorrer lugares. Si bien supe que era un desafío grande, mi alma me pedía que lo haga. Empecé muy chica, con un gran comienzo en Casi ángeles, y recorrí luego durante 13 años varios lugares, hasta que me propusieron viajar para entrevistar a los Backstreet Boys; me ayudó a tomar la decisión, confiando en el universo. Si bien hay momentos muy difíciles, hay algo dentro mío que sabe que estoy haciendo lo que me hace feliz y es mi camino. No sé qué pasará en el futuro.
—Estás abierta a lo que aparezca…
—Totalmente, entregándome y sorprendiéndome, preparándome para lo que viene, estudio desde los 10 años actuación, además soy locutora, doblajista, profesiones todas que me terminaron abriendo puertas.
—¿No hubo otra pasión que soñabas tener, más allá de la actuación?
—No, siempre quise ser actriz, soy consciente de eso desde los 6, y desde los 13 pensé en ser también locutora y conductora. Tendría que haber nacido con otra personalidad para hacer otra cosa, y a menos que el futuro me sorprenda y me convierta en directora de cine, no creo que haga otra cosa. De hecho en un momento me puse un local de ropa y no la pasé bien.
—¿Cómo sigue el año de trabajo, aún sabiendo que es complicado planificar?
—Vuelvo a Estados Unidos para filmar dos cortometrajes, uno en Oregon, en donde hago de Argentina, es un protagónico, un papel hermoso, para el que audicioné antes de venir acá y el papel es sobre una mujer que desea volver.
—Es decir que no hubo que preparar mucho…
—La temática me atraviesa, y el casting lo terminaba llorando, y el otro corto, del que hicimos ya el teaser, hago de judía ortodoxa; soy cero religiosa, pero es un papel hermoso.