Gustavo Garzón: “El entusiasmo por la autogestión es lo que más me movió”
El consagrado actor presentará mañana y el sábado gratis en la ciudad 200 golpes de jamón serrano, la comedia independiente que protagoniza junto a Marina Otero. Además, habló sobre el documental en el que estarán sus hijos
El multifacético Gustavo Garzón es padre, docente, actor de cine, teatro y televisión, director, documentalista y hasta fue supervisor de sonido de su propia película, Cielo raso. Tiene uno de los currículums artísticos más versátiles entre los artistas argentinos.
Luego del éxito de Casa Valentina, ahora brilla en la obra 200 golpes de jamón serrano, en la que actúa con Marina Otero. Se trata de una pieza con tintes independientes que se podrá ver mañana y el sábado a partir de las 21, gratis, en la Sala Armando Discépolo de 12 entre 62 y 63 nº 1473, gracias a una iniciativa de la Comedia de la Provincia de Buenos Aires. Se aceptarán donaciones de juguetes y juegos de mesa. En una charla con este medio, Garzón habló de todas sus ocupaciones y de por qué a los 62 años se interesó en el teatro off.
—¿Cómo nació 200 golpes de jamón serrano?
—Vi trabajos de Marina Otero que me gustaron mucho y me acerqué a ella a ver si quería hacer algo conmigo. La puesta en escena es de ella, es una gran puestista que utiliza muy bien el espacio y los recursos que da el teatro: la luz, el sonido, la pantalla el micrófono y la música.
Es muy completa y le da un muy buen marco al espectáculo, que se trata del contraste de dos maneras de sentir el arte, dos generaciones diferentes y dos relaciones muy distintas con el under. Ella, que es una bailarina del off, y yo, que vengo del teatro comercial. La obra cuenta todas las dificultades del proceso real de cómo fue preparar esta pieza, y la imaginación que hay que tener para diferenciarse del otro y no hacer lo mismo que hacen todos. Yo creo que Marina es muy personal y genuina, por eso me gusta lo que hace.
—Además se presentará gratuitamente, ¿qué te genera esto?
—Me parece extraordinario que sea gratuita la obra, estando tan caras las cosas. Que el teatro dé una mano está muy bien.
—¿Y de la actualidad del cine argentino que tenés para decir?
—Es muy triste. Todos los hacedores de cine estamos tristes porque vemos que se nos imposibilita filmar. Salvo que uno tenga una empresa de mucho dinero no puede hacerlo, y la mayoría de la escena independiente no tiene plata. La visibilidad del cine está complicada también, habría que reorganizarlo, pero preservando las fuentes de trabajo. Yo por suerte estoy editando un documental sobre chicos con síndrome de Down, que se titula Down para arriba y en marzo o abril debutará en el Gaumont, y después una película por estrenar que se llama Rugby.
—Sos actor, guionista, docente y director, ¿cuál de tus actividades te gusta más?
—Yo más que nada escribí y produje, la docencia la ejerzo permanentemente. Es fundamental en la vida, me hace bien, la necesito y hace 15 años que me ocupo de eso. Además de una escuela de actuación tengo una escuela también para discapacitados de danza-terapia, donde van mis hijos. Y si tuviera que elegir, no sé, fueron distintos entusiasmos. Por ejemplo, la escritura me tomó por completo, pero en realidad en cualquiera de las artes que realicé primó siempre algo: el entusiasmo por la autogestión es lo que más me movió. Crearme ilusiones y poder concretarlas. Crear equipos, con amabilidad, y llegando a buenos resultados.
—¿Cómo fue trabajar en Casa Valentina con José María Muscari?
—Fue una experiencia divina Casa Valentina. Nos fue muy bien, con excelentes compañeros. Tuve que dejar porque me fui a filmar a Brasil con Mercedes Morán, y cuando volví ya no pude retomar.
—¿Cómo están tus hijos?
—Mi hija Tamara, que también es actriz, peleándola, ya que no está fácil la cosa. Los mellizos están en mi escuela y también estarán en el documental. Ahora estamos organizando un evento, el 3 de diciembre, de la escuela de danza-terapia, celebrando el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, y van a estar los chicos en el escenario haciendo cosas lindas y sorprendentes.