ENTREVISTA EXCLUSIVA

Jerónimo Giocondo Bosia, un actor en ascenso

Dialogó con diario Hoy, y contó sobre su presente actoral a raíz de su participación en 'Yo, adolescente'.

Tras estrenar recientemente Yo, Adolescente, de Lucas Santa Ana, que puede verse en la plataforma Cinear, Jerónimo Giocondo Bosia habló con diario Hoy sobre su presente laboral, actuando para Perú por redes.

—¿Cómo estás viviendo este momento extraordinario?
—Bien, al principio fue un momento de crisis, después comenzó la adaptación, se empezó a cocinar bizcochuelos, y ahora ya no sé qué es, pero con rutinas dentro de la cuarentena. Me ejercito en la terraza de casa, salto la soga de tres a cuatro veces por semana, tomo clases de poética, tengo terapia. Eso sería lo pautado, para trabajar la cabeza y el cuerpo. Después leo, ahora un ensayo de Gaston Bachelard, que se llama La llama de una vela. Volví a ver Breaking Bad, El padrino; en familia repasamos las sagas de Volver al futuro, Star Wars, El señor de los anillos, es una buena excusa para estar juntos. Además, estoy haciendo una obra que se llama Cuelga tú, con Alessandra Fuller, por Instagram, como una vi­deo­llamada en vivo.

—Yo, Adolescente llegó a Cinear, pero vos llegaste a verla en pantalla grande en España…
—Sí, cuando vi la película en el Festival de Huelva, fue la primera vez que me vi en cine, en la pantalla gigante. La veíamos de reojo, porque te da pudor al principio. Fue una linda experiencia, en el cine estás magnificado, te da una sensación física y no podés creer verla, porque por ahí tenés una idea, pero al verla es otra cosa. Actuás de manera fragmentada, ponés tu psicología, y la producción después ar­ma todo con una secuencia lógica.

—¿Cómo fue interpretar a Ramiro?
—Mi personaje cumple un rol diferente y determinante en la cotidianeidad que muestra la película, y eso no lo registré hasta que la vi. Me pone muy contento. Y los premios y repercusiones que tuvo en Huelva me hicieron dar cuenta hacia dónde va el filme, junto a lo que el público ve.

—¿Fue raro verte en pantalla grande acompañado por el público?
—Tenía una mezcla de sensaciones, porque cuando te ven en cine no podés mentir, estás como al desnudo, con una composición mucho más íntima, y en algunas escenas te metías mucho para adentro, tu intimidad magnificada. Hay cosas que tal vez ahora las haría de otra manera, pero ya está.