“La cumbia villera contó una realidad que no se mostraba”
Así lo expresó Traiko Pinuer, cantante de Meta Guacha, a 17 años del surgimiento de la banda que se encargó de cantar las historias de los barrios más humildes del país
Nacido en Chile pero criado en la Argentina, de sangre gitana, devoto de la Virgen e hincha de Colo Colo, Traiko Pinuer es el líder de Meta Guacha, una de las agrupaciones emblemáticas de la cumbia villera.
La fundación de la banda ocurrió a fines del año 2000, un momento en el que nuestro país atravesaba una fuerte crisis social, económica y política. En ese contexto, Meta Guacha se consolidó por sus composiciones musicales de ritmos pegadizos y letras comprometidas, como se lee en las canciones Alma blanca, Para la gilada y Te recordaré, entre otras. Así fue que se ganaron un lugar en la movida tropical y en el corazón de sus fanáticos.
Ahora, la formación musical, que se encuentra próxima a cumplir 17 años, brindará un concierto en la ciudad. Será el próximo 25 del corriente, a las 14, en calle 71 entre 13 y 14. En diálogo con diario Hoy, Traiko repasó la trayectoria de la banda y habló sobre el rol que ocuparon en un género que fue tan exitoso como utilizado para causar polémica en los medios.
—Meta Guacha surgió junto con otras agrupaciones del mismo género, ¿cómo fue ese momento?
—En ese tiempo sonaban Damas Gratis, Flor de Piedra y Yerba Brava, cuyas letras hablaban del alcohol, las drogas, la violencia y la delincuencia. Nosotros hacíamos una música diferente. Alma blanca, el primer tema que lanzamos, hablaba sobre la fe, sobre las personas humildes que peregrinan a Luján. No sabíamos si la canción iba a gustar, pero hasta el día de hoy estamos en el corazón de la gente.
—¿Cuánto incidió la crisis en la composición de las letras y melodías? ¿De qué manera fueron tratados por los medios?
—Fuimos la voz de los oprimidos, de los pobres, de los que estaban mal en este país. La gente se identificó con nuestra música, con la mal llamada “cumbia villera”. La prensa y las discográficas inventaron ese mote para generar un shock, pero se trata del mismo género de siempre, nada más que las letras relataban una verdad que sucedía. La cumbia villera contó una realidad que no se mostraba.
Con respecto a los medios, considero que fuimos usados. Nosotros reflejamos una situación, íbamos a los programas a debatir y nos acusaban de hacer apología de la violencia, de la droga. Durante un tiempo les servimos y cuando no, nos dieron de baja en todos lados. Algunas bandas desaparecieron y otras persistieron gracias a su estilo.
—Ampliaron el horizonte de escucha de la música tropical y llegaron a todos los estratos sociales, ¿cómo viviste ese proceso?
—Trascendimos una frontera que era jodida, porque siempre nuestra música era la de “los negros de mier...”. Le cantábamos a la “gente cheta” y hoy son los que más bailan en todas las fiestas al ritmo de la cumbia villera.
—Normalmente realizan innumerables shows en una misma noche, ¿qué recaudos toman para cumplir con esas exigencias del trabajo?
—Agradezco a mi Virgen que siempre nos acompaña. Hoy redujimos la cantidad de shows, pero viajamos a lo largo del país y las rutas son traicioneras.
—En su momento, ustedes inauguraron un género y ahora surgieron bandas que se dedican a “la cumbia pop”, ¿te gustan estos referentes?
—No me gustan y considero que son un invento súper comercial. Hay para todos los gustos, y si el público lo elige no hay nada más para discutir.
—Tras 17 años de carrera y de transitar escenarios con otras bandas, ¿qué relación construyeron con sus colegas?
—Los que integramos la mal llamada “cumbia villera” somos todos amigos. En el momento en que bajó nuestro trabajo, cuando nos cortaron la difusión, armábamos festivales con otras bandas, viajábamos y hacíamos fechas, tratando de llevar la moneda a nuestras casas. Somos todos amigos y nos recomendamos en cada lugar al que vamos a tocar.