La difícil vida de Drew Barrymore
La actriz superó los excesos, un divorcio polémico y hoy se refugia en el amor de su familia
A los 50 años, Drew Barrymore cosechó su siembra y disfruta de su fortuna y la carrera profesional que inició en su más temprana infancia. Recordemos que empezó en el cine gracias a la interpretación de Gertie, la niña pequeña de la película ET, que fue dirigida por Steven Spielberg en 1982.
En la actualidad, se desempeña como conductora de televisión, trabaja en una serie para la pantalla chica pero también lanzó una revista gráfica sobre temáticas femeninas, cuidados e higiene y allí pudo confesar sus secretos más profundos respecto a sus adicciones. Es por ello que reveló que, al consumir alcohol, encontraba una sensación de paz. Asimismo, expresó sobre la importancia del amor propio y el trabajo que hay que hacer para poder fomentarlo: “Tal vez nuestra definición de amor cambia a lo largo de nuestras vidas. Pero realmente creo que el amor lo transmitimos muchas veces hacia el exterior por miedo a parecer egoístas y centrarnos en nosotros mismos”.
Además, fomenta la liberación y la lucha por sanar: “Una de las cosas más valientes que puedes hacer es matar a esos dragones y cambiar un ciclo horrible en el que has estado atrapado. En mi caso, fue dejar de beber”. Es de público conocimiento que al crecer ya consumía helados y dulces con licores para poder relajarse, luego ingresó al consumo de marihuana y la cocaína llegó para la adolescencia. Con desórdenes alimenticios, la mujer entró y salió de varios centros de rehabilitación a lo largo de su carrera.
Es más, aún hoy batalla contra las adicciones y en una entrevista audiovisual a un medio de alcance internacional afirmó: “Voy a decir algo por primera vez: no he bebido alcohol en dos años y medio. Me di cuenta de que no me servía ni a mí ni a mi vida. Estoy trabajando en un buen camino para que haya paz donde antes había demonios, finalmente ser libre de la tortura, de la culpa y la disfunción”.
Por otro lado, la mujer espera poder conocer a un buen compañero de vida para transitar sus días: “No veo la hora de conocer a esa persona tranquila con la que pueda ser feliz. Pero todavía no la he encontrado, creo que está por ahí”. Vale mencionar que estuvo casada en tres oportunidad. Fruto de su última relación amorosa con Will Kopelman, nacieron sus hijas Olive, de 10 años, y Frankie, de 8 años.