Entrevista Exclusiva

Luciano Cáceres: “La ficción nacional es necesaria”

El talentoso Luciano Cáceres no para nunca. Al reciente estreno de Terapia en cuarentena y la reposición de ATAV, se le sumó la vuelta de El mundo de Mateo

Siempre supo que el teatro y la actuación serían su destino. Por eso fue eligiendo con cuidadosa precisión los roles en los que participaría. En diálogo con diario Hoy, Luciano Cáceres reflexiona sobre las producciones audiovisuales y el aislamiento.

—¿Cómo fue rodar Terapia en cuarentena?
—Fue una convocatoria de la productora Nos y Contar de hacer esta serie de ocho episodios guiados por la terapeuta interpretada por Carola Reyna, con Coco Sily, Violeta Urtizberea y Mercedes Funes. Cuatro temáticas y personajes distintos. Me llegó a casa una caja plástica con dos celulares, alargues, trípodes, luces, Lysoform, cintas, y vía Zoom nos iban coordinando los técnicos y los directores. Actuamos con Carola desde su casa, una vez que terminaba la jornada, pasaban a buscar todo, bien sanitizado, y se iba a la casa de otro actor.

—¿Te dio miedo tener que hacer todo vos solo?
—No sé si miedo, entiendo que es una experiencia particular, y que hay muchos compañeros de la industria, con roles invisibles, que completan todos estos roles que tuve que hacer. Soy muy respetuoso de esos roles, la capacidad, la formación.

—La imagen es distinta a la de otras producciones rodadas en cuarentena…
—Se trabajó muy bien, vía periférica, ellos manipulaban todo, corregían, mandaban, volvían.

—¿Llegaste a rodar algo de El mundo de Mateo 2 antes del encierro?
—Sí, terminé Desnudos en Mar del Plata el ocho de marzo y el nueve empecé acá.

—¿Cómo fue reencontrarse con Ledesma?
—Fue muy loco, porque encima me tocó trabajar con una historia que no había tocado antes del personaje de Federico D’Elía, que tiene más protagonismo en esta temporada.

—¿Cuándo se retomarán las grabaciones de El mundo de Mateo 2?
—No sé, pero hasta que no esté la vacuna será más de riesgo dar un beso que saltar de un auto en movimiento.

—¿Qué recuerdos tenes de ATAV?
—Estuve tres meses y lo disfruté mucho.

—¿Cuándo crees que empezó el boom de las series?
—Hace tiempo, de hecho yo empecé en Por el nombre de Dios, pero antes estaba El pulpo negro y miles más, pero siempre dependían de qué pasaba en el aire.

—¿Cómo empezaste en la actuación?
—Fui concebido en un escenario, literalmente, mis padres tuvieron sexo en un escenario y ahí nací yo. Y siempre quise ser actor, a los tres o cuatro años veía a mi padre tras bambalinas y veía lo que él hacía y la platea. A los 9 años me llevaron a un curso y cuando terminé fui a estudiar con Alejandra Boero.

—¿Es difícil dirigir y actuar al mismo tiempo? ¿Qué opinás de la ficción nacional?
—Lo hice dos veces nada más y es medio esquizofrénico.
La ficción nacional es necesaria, es lo nuestro. Hay mucho contenido para rever, no solo de ficción, de música, películas, contenidos nacionales, hoy más que nunca.

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