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La Voz ArgentinaAsí se expresaron los músicos de Cara-Cortada, que están preparando un show para festejar su 12° aniversario sobre los escenarios
04/08/2021 - 00:00hs
Fundada en Berisso, Cara-Cortada es una formación musical integrada por Juan Pablo Altamiranda (voz), Néstor Coronel (guitarra y coros), Sebastián Batista (guitarra), Leandro Pacheco (bajo) y Luca Hulman (batería y coros).
En la actualidad, la banda cumple 12 años y es por ello que darán un recital el 14 de agosto, a las 20, en 43 entre 7 y 8.
Durante una charla íntima con este multimedio, los buenos muchachos se expresaron sobre el recorrido realizado por los escenarios.
—¿Qué material están trabajando?
—En 2019 grabamos un EP de 5 canciones titulado Nunca tuvimos miedo. Debido a la pandemia, nunca llegamos a presentarlo en vivo. Lo grabamos en el estudio Monsterland, con Álvaro Villagra como ingeniero y en Moscú Estudio con EduGraziadei. Lo produjo el “Chino” Biscotti y tuvimos el aporte de Gori (ex Fun People, Fantasmagoria) y de Edu, metiendo voces. La elección del productor y del estudio tuvo que ver con las canciones y el sonido que necesitábamos para hacerlas brillar.
Un sonido street punk, bien callejero, pero que sea claro y cristalino. Queríamos que cada instrumento se escuche sin hacer demasiado esfuerzo, y sobre todo que la batería suene implacable. Por eso fuimos a buscar a Álvaro, el es el número uno en cuanto a sonido de baterías. Y el “Chino” como productor fue una pieza clave. Muy metido en las canciones, venía a Berisso a los ensayos con un cuaderno y una lapicera… Empezó muy tímido y termino haciendo cambios fundamentales en las canciones. Un equipo soñado.
—¿Cuáles son los mensajes detrás del arte que comunican?
—Creo que, como banda, nuestro objetivo siempre fue crear un lugar seguro para expresarnos; emocionalmente o de la forma que fuere. Sin quererlo, ese pequeño lugar se fue haciendo carne en los recitales. Ese “lugar seguro” se agrandó y cada vez hay mas gente que viene a vernos y a interactuar entre sí, sin miedo a juicios y preconceptos. Viene todo tipo de gente a escucharnos.
Nuestra pelea es contra la apatía, tratando de que la gente reconozca en el que tiene al lado, sus propios dolores y alegrías. Todos los miembros de la banda somos consumidores de música y vamos a recitales desde muy chicos. Queremos replicar esa sensación de seguridad que teníamos al ir a ver nuestras bandas favoritas, encontrarte con gente tan distinta a uno, pero con tantos conflictos en común. Y mas allá de esto, cada uno tiene sus visiones políticas. Tratamos de tomar partido en ciertas luchas políticas que sean comunes a todos los miembros de la banda: reclamos docentes, luchas estudiantiles, huelgas obreras, víctimas de gatillo fácil, igualdad de genero. Cuestiones en donde no caben ambigüedades.
—¿Cuál es su visión de la escena actual?
—Dentro de lo que es nuestro estilo, históricamente hubo épocas donde se acercaba mas gente a los recitales, a la música, y otras de menor exposición. Es algo cíclico. Asumimos que nadie arma una banda hardcore punk en busca de fama y dinero. Dicho esto, siempre tratamos de rescatar el esfuerzo de mucho grupos por salir del molde y esquivar la nostalgia. En nuestra ciudad, y alrededores, tenemos bandas que ponen todo su esfuerzo en esa búsqueda. Tratamos de estar pendientes de todo esto.
—¿Cómo es recepcionado su arte en el país y en el exterior?
—Tenemos la suerte de poder tocar seguido, de viajar, grabar en estudios con mucha historia y de conocer a los pioneros de todo esto. En general todo esto hace que el esfuerzo valga la pena. Nunca pensamos en el arte como un vehículo para llegar a ciertos lugares, sino que lo vemos como un fin en sí mismo. En cada lugar que visitamos hacemos amigos y vivimos historias increíbles. Solo una vez salimos del país, y fue toda una experiencia. A cualquier músico le gusta llenar lugares y que su música suene en todas partes, pero como una banda que se formó “solo para divertirse”, estamos más que satisfechos.
—¿Qué otras aristas les falta recorrer?
—Hemos tenido la suerte de haber tocado en teatros y lugares pequeños, en cárceles y escuelas, en plazas y piquetes… Hemos podido grabar en lugares maravillosos. Musicalmente siempre van a existir materias pendientes, ese es el motor de la banda. Tenemos la fantasía de poder grabar un disco y que lo produzca alguien que no tenga nada que ver con nuestra música.
No para alejarnos de nuestra esencia, sino para experimentar y salir un poco de la seguridad que da trabajar con gente del palo. En algún momento fuimos al estudio de Alfredo Toth y Pablo Guyot, que son productores de bandas como Turf, Los Piojos, la Bersuit… Escucharon nuestras canciones y se empezó a charlar la posibilidad de grabar un disco, llegaron incluso a sacar sus guitarras y a tocar nuestras canciones buscando cómo mejorarlas. El desafortunado rumbo que tomó la economía en ese momento dejó el proyecto a mitad de camino. Sería muy bueno retomar todo esto en algún momento.