Revelador: destacaron que casi le ponen un pene a Vision
La idea fue del director Joss Whedon, pero los productores no lo toleraron y descartaron la misma.
30 años más joven que Diego, contó cómo lo conoció, las primeras salidas y viajes, y el posterior silencio entre ambos por casi dos años. No todo fue color de rosas.
28/01/2021 - 00:00hs
Hace diez años, en enero del 2011, en Mar del Plata, Rocío Oliva tenía 20 cuando conoció a Diego Maradona en la entrada del Hotel Hermitage. “Había ido con una amiga a ver el Superclásico de verano. Éramos jóvenes y fuimos sin reservar un lugar para dormir. La ciudad estaba colapsada y después del partido no teníamos dónde pasar la noche. Entonces mi amiga llamó a un amigo que era mánager de Pimpinela, que acababa de dar un show en la playa, y le preguntó si sabía de algo. Él nos dijo que estaban en el Hermitage, que en un rato dejaban la habitación y que podíamos usarla para pasar la noche”, rememora Rocío a un popular medio de la web, y se anticipó, decidida a “contar las cosas como fueron y no como muchos inventan”.
Maradona estaba en Mar del Plata para jugar el Indoor Show, un partido de fútbol rápido y techado. “Yo no era su fan. Diego estaba muy asociado a Boca; yo soy hincha de River. A nosotros, y sobre todo en ese entonces, no nos gustaba que declarara tanto contra River. ¡Diego era demasiado bostero!”, apuntó Rocío. Y siguió: “De pronto, mientras esperábamos al mánager de Pimpinela para que nos haga pasar al cuarto, la gente se empezó a agolpar porque venía Maradona. En el tumulto, mientras avanzaba, Diego me ve y me guiña el ojo. No pensé que fuera a mí. Pero al ratito vino un chico a buscarme y me preguntó si yo era ‘la rubia de camperita azul que estaba en la entrada’, porque Diego había preguntado por mí”.
La popularidad y poder no atraen a todos, y eso es lo que vio de primera mano Rocío cuando tuvo al astro frente a sus ojos, aseguró que no se enamoró a primera vista ni mucho menos.
“De hecho, cuando me fui del hotel me dijo que nos íbamos a volver a ver y le contesté que no hacía falta; que había estado todo divino. A los 15 días me llamaron para decirme que se iba a Madrid a visitar a Benja, su nieto, que había pensado en mí y que quería que fuera. Volé hasta allá y estuvo todo bien. Me dijo que se había enamorado de mí, que nunca le había pasado algo así, pero que tenía cosas personales para resolver en Buenos Aires.
Me despedí y durante dos años no supe nada de él. Si escuchaba algo por la tele, prestaba atención, pero hacía mi vida. Y cuando les contaba a mis amigas todas me decían: “¿Sabés a cuantas mujeres les habrá dicho lo mismo?”. Pero yo sabía que era sincero. Me lo había dicho agarrándome las manos y con los ojos vidriosos”, recordó en detalle Oliva. Además, confesó que aún vive el duelo por el fallecimiento de Maradona.