Francia permitirá espectáculos multitudinarios
El gobierno galo permitirá encuentros para más de 5.000 personas desde el 1° de septiembre. Esto ocurre en medio de un creciente rebrote de Covid-19.
En diálogo con diario Hoy, el músico ahondó en su recorrido solista tras el lanzamiento de su primer EP, Trae una flor la corriente. Además, habló sobre la presentación en pandemia.
05/08/2020 - 00:00hs
A los 15 años, Santiago Monroy incursionó en una banda de punk. Desde entonces no se bajó más de los escenarios: tocó con Thes Siniestros, Peruano y Muerte al Tío Cosa, entre otras. Nueve años después, este artista todoterreno integra la formación de Roto, donde toca el bajo, y de Rara, donde muestra la fuerza en la batería.
Sin embargo, se animó a ir por más y desarrolló su proyecto solista, con el que presentó su primer EP titulado Trae una flor la corriente.
—Después de casi una década tocando con bandas, te lanzaste al universo solista, ¿cómo fue eso?
—Más o menos, porque yo hago mi proyecto solista a la par de los otros en los que soy instrumentista. Y la verdad es que disfruto de todas las instancias de la música, ya sea cantando mis temas o tocando con las bandas, porque la música me llena el alma.
—Primero lanzaste La pantalla, como corte de difusión, y después vino el EP. ¿Qué nos podés contar de las canciones y los sonidos?
—Las canciones tienen un tinte medio oscuro. La idea siempre fue tratar temáticas bien reflexivas e intentar llegar a algún buen lugar, es decir, ver la luz dentro de situaciones que no están del todo buenas. Respecto del sonido, es como una especie de folk, pero siempre con este lado pop que a mí me gusta mucho porque es con lo que me identifico.
—Si bien es un trabajo solista, participaron colegas en la grabación, ¿no?
—Sí, invité a algunos músicos amigos que me gustaba cómo le aportaban a la interpretación, y fue una selección que salió muy bien.
—Estuviste trabajando con este EP durante dos años, pero el lanzamiento se dio en pandemia, ¿cómo lo viviste?
—A mí me llevó mucho tiempo estar conforme con las canciones, porque quería que la sonoridad del disco tuviera una identidad, una especie de aura. Y el hecho de que saliera en pandemia fue una coincidencia, no sé si muy grata, pero sucedió así.
—Debe haber sido particular el hecho de no compartirlo con una banda, ¿cómo fue esa repercusión?
—La repercusión en redes sociales muchas veces es extraña. O sea, si bien las reproducciones aumentan, a mí lo que siempre me gustó de sacar discos era poder tocarlos en vivo y ver qué pasaba en las caras de las personas. Hasta el momento eso no se ha podido dar, pero me guardo con cariño esperando que llegue y ver qué pasa entre las personas y las canciones.
—Si tuvieras que recomendar un tema puntual, ¿cuál sería?
—El disco funciona muy bien íntegramente, y es muy posible que cualquiera que ponga play a una canción quiera escuchar la que sigue, porque hay una cuestión con la lírica, con la atmósfera oscura, que siento que está lograda, y eso es algo que a mí me contenta. Solo queda esperar la vuelta a ensayar, a volver a hacer música, y obviamente a tocar.