HOY EN URUGUAY

Campo uruguayo: más de 100.000 hectáreas en manos de productores argentinos

El ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay en dialogó con diario Hoy.

Diario Hoy entrevistó a Carlos María Uriarte, ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay, quien habló del impacto en las exportaciones del país vecino durante la pandemia que sufre el mundo.

Además, se refirió a las consultas permanentes de productores argentinos por los competitivos costos de producción agropecuaria. “Estamos trabajando fuertemente para aliviar los costos de producción y mejorar el acceso a los mercados”, manifestó Uriarte.

—¿Cómo está parado el campo de Uruguay, englobando el sector agroexportador y cárnico, dentro de la pandemia?

—Desde el comienzo, el cuidado de la salud pública estuvo en primer lugar, pero también el cuidado del mantenimiento de la actividad económica. El rol que hemos venido desempeñando ha sido estar atentos para que la actividad del campo no pare. Y nos agarró justo en un momento de cosechas, iniciando las del arroz, la soja, el cultivo de granos, la vendimia. El énfasis se puso en desarrollar protocolos en todas las etapas que pudieran sufrir cada una de las cadenas productivas para proteger a los uruguayos y garantizar el acceso al trabajo sin poner en riesgo la salud.

El efecto del coronavirus al campo del Uruguay vino desde afuera. Al principio en la carne, que comenzó con China y después siguió con Europa. Hubo que renegociar embarques. También llevó un proceso de negociaciones, pero eso produjo una caída en el volumen de exportaciones del orden del 30%, que se refleja también en la faena.

Somos optimistas, el mercado se está reactivando de la mano de China. Están empezando a aparecer otros mercados, y cabe acotar también que la soja se exportó toda, pero a valores deprimidos. No así el arroz, que en el mercado internacional tuvo un efecto opuesto y los rendimientos fueron muy buenos.

—Teniendo en cuenta el nivel de incidencia de los capitales y grupos inversores argentinos dentro del sector, ¿cómo se ve afectada la actividad?

—Tenemos una presencia activa sobre todo en el litoral del país, sobre el río Uruguay, de numerosos productores argentinos que vienen y desarrollan sus actividades agrícolas. Hay cerca de 100.000 hectáreas de propiedades de argentinos. Debe andar cerca de esa cifra, y en numerosas actividades, tanto agrícolas como ganaderas.

Hasta ahora no ha habido grandes cambios como ocurrió en el pasado, por la llegada de muchos inversionistas argentinos, y convengamos que la explosión de la agricultura en Uruguay se lo debemos a ese fenómeno. Hasta el momento hay muchas averiguaciones, muchas intenciones desde la Argentina de volver a invertir en Uruguay, pero hasta ahora no estamos informados de que se esté dando en forma significativa. Pero sí hay una inquietud bastante importante.

—¿Cree que Uruguay sigue siendo atractivo, a pesar de los costos de producción, para que los productores argentinos consideren invertir nuevamente en esas tierras?

—Yo diría que, por el interés que estamos recibiendo estos días, sí. Hay que tener en cuenta que la realidad de Uruguay, en lo que se refiere a los costos de producción, ha cambiado, va cambiando despacio, más lentamente de lo que hubiéramos querido por los costos inesperados de la pandemia. Uruguay tuvo una devaluación en su moneda del orden del 20% en lo que va del año, y la rebaja en el valor del petróleo también ha mejorado mucho la ecuación productiva. Estamos trabajando fuertemente para aliviar otros costos que se transmiten a la sociedad y mejorar el acceso a los mercados.

—¿Tiene alguna estimación de la cantidad de hectáreas en manos de extranjeros, no solo argentinos, en Uruguay?

—La verdad que el problema de terminar la extranjerización es que hay muchas propiedades, diría que más de siete millones de hectáreas que están en manos de empresas de las cuales son acciones, y es difícil determinar la nacionalidad de sus dueños. Pero, en el caso de Argentina, el último censo que tenemos es de 2011, y en ese momento había 90.000 hectáreas en manos de argentinos y 265.000 en manos de brasileños.

Pero desde aquel entonces hasta ahora debe haber habido una compra adicional de otras 60.000 hectáreas. A eso le tenemos que restar lo que se ha vendido que no tenemos la información, pero estimo que la tierra en propiedad de argentinos debe andar entre las 100 y 150.000 hectáreas.

—En estos últimos días se conoció la intervención del Gobierno argentino en la empresa Vicentin. Teniendo en cuenta que esta tiene activos en varios países, incluido Uruguay, ¿cree que afectará de alguna manera al mercado?

—Para nosotros es un inversor más. Lo que ocurre en sus raíces es independiente. Obviamente, es un inversor de gran porte, como hay otros, pero no creemos que tenga algún tipo de efecto en nuestro país.

—¿Cuáles son los pasos a seguir una vez que termine la pandemia?

—Vamos a abocarnos a reorientar el país con un fin agroexportador, consolidar la posición en el mundo. Uruguay deja hoy en las fronteras más de 300 millones de dólares para vender sus productos, y hay mercados en los cuales todavía no accedemos por protocolos más que nada sanitarios. En lo interno tenemos que acercarnos a los potenciales de producción que el país tiene, siempre cuidando de no afectar el ambiente.

Creemos que va a haber una revolución en la producción de cítricos en lo que es la franja norte, en la frontera con Argentina. Uruguay debe hacer los máximos esfuerzos para potenciar su característica natural de país agroexportador.

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