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Así fue el primer vuelo del X-59, el avión supersónico de la NASA

La prueba marca un hito en la aviación y un paso clave hacia los viajes aéreos de alta velocidad sin el molesto estampido sónico.

Interés General

02/11/2025 - 00:00hs

La NASA confirmó que su avión supersónico experimental X-59 completó con éxito su primer vuelo en el sur de California.

El X-59 Quesst (Quiet SuperSonic Technology) está diseñado para disminuir el ruido de un estampido sónico cuando un avión rompe la barrera del sonido, allanando el camino para que futuros reactores comerciales vuelen a velocidades supersónicas sobre tierra.

El revolucionario avión experimental cumplió un hito no es solo un avance técnico, sino el inicio de una nueva era en la aviación mundial.

El avión, construido por Lockheed Martin's Skunk Works, despegó de la planta 42 de la Fuerza Aérea de EE. UU. en Palmdale, California. Pilotado por Nils Larson, principal piloto de pruebas de la NASA para el X-59, el vuelo inaugural validó la aeronavegabilidad y seguridad del reactor.

Esta salida inicial se centró en comprobar la integración de sistemas, la estabilidad y las comunicaciones, sin entrar todavía en velocidades elevadas ni altitudes extremas.

Según la planificación, fue un circuito a baja altitud y baja velocidad para validar lo esencial. Lo supersónico llegará después, cuando el programa avance a la siguiente fase de pruebas.

“El X-59 es un símbolo del ingenio estadounidense. Forma parte de nuestro ADN: el deseo de llegar más lejos, más rápido e incluso más silenciosamente de lo que nadie haya llegado antes”, declaró Sean Duffy, administrador en funciones de la agencia espacial norteamericana.

Se trata de un avión monoplaza monomotor. Mide 99.7 pies de largo y 29.5 pies de ancho, es decir, casi el doble que un caza F-16 pero con una envergadura ligeramente inferior.

Su motor, un General Electric F414 modificado del caza F/A-18, permitirá al avión alcanzar una velocidad de crucero de Mach 1.4, unas 925 mph, a una altitud de 55,000 pies. Esto es casi el doble de alto y el doble de rápido de lo que suelen volar los aviones comerciales.

La cabina está totalmente cerrada para ser lo más aerodinámica posible, y el piloto ve una cámara del mundo exterior en un monitor 4K conocido como Sistema de Visibilidad Exterior.

“No se puede ver muy claramente a través del cristal cuando se mira en un ángulo muy poco profundo, por lo que es necesario tener una cierta inclinación de la pantalla de visualización para tener buenas cualidades ópticas, y eso desarrollaría una fuerte onda de choque que realmente corrompería las características de bajo empuje del avión”, explicó Michael Buonanno, el líder del vehículo aéreo para el X-59 en Lockheed Martin.

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