Comprar en Nini te puede costar la vida
El pasado domingo una mujer marplatense falleció tras descompensarse en la línea de cajas. El mayorista no cuenta con un equipo médico ni personal capacitado en primeros auxilios para asistir a los clientes o empleados.
Nora Isabel Vidaurre era marplatense, tenía 69 años y el domingo asistió al mayorista Nini junto a su esposo y su hijo para realizar compras. Mientras esperaba en la línea de cajas para abonar, se descompensó y sufrió un paro cardiorespiratorio. Minutos después su compra realizada con el objetivo de ahorrar dinero se pagó con el precio más caro, su vida.
Tras la tragedia, diario Hoy se dirigió al mayorista que se encuentra en la intersección de las avenidas 25 y 520 para constatar que a cuatro días de ese lamentable episodio nada había cambiado. En las instalaciones hay una gran cantidad de matafuegos y mangueras para combatir los posibles incendios, pero no puede verse un solo desfibrilador, el que se hubiese necesitado para salvar la vida de Nora.
El pedido del equipo de primeros auxilios no es caprichoso, está reglamentado por la Ley Nacional 27.159 de prevención integral de la muerte súbita. La misma establece que los lugares públicos y privados que contengan una concentración o circulación superior a 1.000 personas por día deberán contar con al menos un desfibrilador externo automático (DEA). Esto se debe a que la desfibrilación precoz en episodios de muerte súbita puede producir tasas de supervivencia de hasta el 70%.
Las enfermedades cardiovasculares constituyen la primera causa de muerte en nuestro país, y a ellas se deben la mayoría de los casos de muerte súbita. La clave para sobrevivir es la desfibrilación inmediata (que dentro de los tres a cinco primeros minutos del colapso puede producir tasas altas de supervivencia) y la capacitación de la comunidad en reanimación cardiopulmonar (RCP). Desgraciadamente, en el mayorista no estaba ni el equipo ni la persona con la capacitación para salvar la vida de la marplatense.
En este sentido, la muerte súbita representa un problema de salud pública debido a que es una causa de muerte prematura y que en la mayoría de los casos se producen en el ámbito extrahospitalario, transformando a la comunidad civil en la primera encargada de atender un episodio de esta naturaleza.
Cuando la ayuda del SAME llegó a las instalaciones, ya no había nada para hacer al respecto, y por ello Nora pagó el precio más alto al comprar en Nini y dejó su vida en la línea de cajas.
Según testimonios a los que accedió este medio al tratar de reconstruir el hecho, no solamente no había personal capacitado para ayudarla, sino que tampoco se frenaron las cajas de cobro que siguieron facturando al resto de los compradores, mostrando una deshumanización preocupante en un mayorista que tiene más de 40 años en la ciudad.
Sergio, un cliente que salía del lugar, indicó a diario Hoy que “la verdad es que esto es parte de lo que vivimos en general. Te ven tirado en la calle y nadie para. Hay muy poca gente que se hace cargo, es la sociedad en la que vivimos, está bravo, está salvaje el asunto”. Consultado sobre el deceso de la mujer por falta de una pronta atención, expresó su preocupación al decir que “no sabía que no tenían equipo médico y entonces al ignorarlo, es como que no existe la preocupación al no saber”.
Por su parte, Daniel García Cueto, coordinador y director de la Subsecretaría de Desarrollo Social de la municipalidad de Berisso, que también se dirigió al mayorista por víveres, indicó que “es lamentable que perdamos una vida. La seguridad de Nini debió haber actuado más rápidamente. Nosotros en la agrupación Solidaria, trabajando con Defensa Civil de La Plata, damos clases de RCP para tratar de salvar una vida y en esta ocasión lamentablemente se perdió”.
“Perder una vida para mí, que soy ex combatiente de Malvinas, no sabés lo que significa. Para mi toda vida es importantísima”, sostuvo consternado ante la noticia el funcionario de Berisso.
El deceso de la marplatense se dio un domingo, en donde la concurrencia al mayorista no es masiva, pero en los próximos días, aquellos que cobren sus haberes, concurrirán motivados por el ahorro que ello implica, sin saber que están entrando en una trampa mortal.
Las altas temperaturas que pueden registrarse en una edificación con techo de chapa pueden propiciar las descompensaciones y la posibilidad de encontrar alguien que asista al enfermo son bajas. Solo se puede esperar a que se encuentre entre quienes estén esperando para abonar, un médico, un enfermero o una persona instruida en RCP. Un precio demasiado alto para pagar.