Crisis ambiental: preocupación por el nulo control sobre los incendios forestales

Argentina se encuentra viviendo una catastrófica temporada de incendios forestales que afectan a ecosistemas enteros. La falta de una reglamentación clara es la principal queja de los especialistas.

Corrientes, Córdoba, Río Negro, Chubut y el Delta del Paraná son solo algunos de los últimos ejemplos donde el fuego se volvió incontrolable debido a varias cuestiones ligadas al cambio climático, como las masivas sequías.

Tras el episodio de los carpinchos en Nordelta, la problemática de los humedales y la crisis ambiental volvieron a formar parte de la agenda pública. Los expertos en la materia volvieron a insistir sobre la importancia de un marco legal más amplio en materia de protección ambiental. En diálogo con diario Hoy, la integrante de algunas instancias de Jóvenes por el Clima, Priscila Bulnes, explicó: “Los motivos por los cuales se suele dar intencionalmente un incendio es para expandir la frontera agropecuaria y también como negocio inmobiliario. En el primer caso se queman las tierras para plantarlas o para que ande el ganado. Hay grandes empresas o terratenientes que queman más allá de los límites de sus tierras, porque no está regulada esta cuestión. Queman más cantidad y de paso plantan un poco más por fuera de los límites. Esto se ha visto mucho ahora sobre todo con las técnicas satelitales, donde muchos científicos vieron cómo se expande la frontera agropecuaria en tierras que no deberían estar plantadas, sino protegidas. En lo que respecta al negocio inmobiliario sucede algo similar, hay un montón de construcciones y edificaciones que no están reguladas. La mayoría de los countries están sobre humedales y es muy polémico quién les da el permiso”.

Estos episodios cobraron mayor relevancia durante estos últimos años debido al cambio climático, ya que las consecuencias ahora resultan ser más extremas. Al haber zonas con más precipitaciones y áreas con más sequías, el fuego se vuelve incontrolable en tierras secas, quedando miles de hectáreas comprometidas.

“Los incendios forestales están desde hace años. Ahora se les da más visibilización porque hay una movida más ambientalista y se le empieza a prestar atención a estas cuestiones. En este momento se están quemando el Delta y las Islas del Paraná, y esa zona es una ecorregión de conjunto de humedales. Los humedales se vienen quemando en masividad desde el año pasado y tienen un montón de biodiversidad”, remarcó la estudiante de Biología. Al incendiarse un hábitat, no todas las especies pueden llegar a movilizarse hacia otros lados, lo que hace que se reduzca la población y comience el peligro de extinción.

“Si se desplaza a las especies podés afectar a la dinámica del ecosistema, porque estarían en un lugar que no corresponde. Además puede traer consecuencias en cuanto a enfermedades. Si uno mueve especies de un lugar a otro, hay virus que estaban ahí que pueden transmitirse a otros animales. Sin ir más lejos esta es una de las causas del Covid-19; esos animales fueron desplazados de sus hábitats y terminaron en lugares que no correspondían”, sostuvo Bulnes.

Sin lugar a dudas, la problemática no cuenta con una legislación acorde a los tiempos que transcurren. “Es bastante pobre y casi nulo el marco actual. Lo que hay es la modificación a la Ley del Manejo del Fuego que hizo Máximo Kirchner a fines del año pasado. Hay varias presentaciones de leyes en el Congreso para incluir en el Código Penal a los delitos ambientales como tales, ya que hoy en día destruir el ambiente no es delito, a lo sumo te cobran multas o te indemnizan si es que llegan a juzgarte”, aclaró. A la hora de ver las posibles salidas, Priscila cerró: “Hay que exigir políticas públicas efectivas y la aprobación de la Ley de Humedales. También hay que pedir la inclusión de los delitos ambientales y la creación de más áreas protegidas en todo el país. Por supuesto, también financiar y generar más programas de conservación para proteger más especies y evitar llegar a estas instancias”.

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