cultura
Danielle Mitterrand, una de las primeras damas más recordables
Militó contra el nazismo en los años de la Segunda Guerra Mundial y fue reconocida por hacer suyas causas contra la opresión en cualquier parte del planeta.
Hija de un director de escuela y una maestra, Antoine y Reneé Gouze, Danielle Emilienne Isabelle Gouzé nació en 1924 en Verdún. Esa mujer de rostro amable y maravillosos ojos azules vivió tan llena de combates y pasiones que nunca estuvo exenta de las paradojas y sinsabores de la existencia. Fue la primera dama francesa durante 15 años, aunque detestaba ese apelativo. Cuando su marido fue elegido presidente de la República en 1981, firmó un acuerdo según el cual Francois Miterrand se dedicaría a la realpolitik y ella incursionaría por el mundo reivindicando causas que el establishment ya había sentenciado bajo autoridad de cosa juzgada.
Hizo una carrera rutilante. En los tiempos de la lucha contra el nazismo, durante la Segunda Guerra Mundial, Danielle fue una activa militante de la Resistencia francesa, habiendo ingresado a los 17 años como enfermera. Incansable en su postura de reivindicar la cultura de la paz, estuvo al frente de la fundación humanitaria Francé- Libertés Fondation Danielle Mitterrand, creada por ella en 1986, y de la Asociación Francesa por el Contrato Mundial del Agua (ACME), cuyo objetivo era lograr que se incluya en todas las Constituciones del mundo el derecho del acceso al agua.
“Si la humanidad entiende y reflexiona que solo con el 1% del billón de dólares que anualmente gasta el mundo en armamentos se puede garantizar la infraestructura en todos los lugares donde no hay agua, para que no haya nadie que se quede sin este recurso, estaríamos dando un paso gigante hacia la cultura de la paz”, afirmaba. Aunque a veces sentía que nadie escuchaba, permanentemente redoblaba su apuesta de luchar por un mundo mucho más justo y dirigir proyectos a favor de los sectores marginados, especialmente en América Latina, reivindicando por ejemplo que el agua es un servicio público y no debía estar en manos privadas nunca.
En abril de 1944, Danielle conoció a Francois Mitterrand. Los presentó su hermana Madelaine, quien le había anunciado: “Tengo un novio para ti”. Pero al principio a ella no le gustó el capitán Morland, como lo llamaban en la Resistencia: “¡Es un hombre y a mí me gustan los jóvenes!”, decía. No obstante, pocos meses más tarde se casaron y estuvieron juntos durante 51 años. Tuvieron dos hijos, Gilbert y Jean-Christophe; nada les hizo renunciar a un vínculo que no siempre fue sencillo, sobre todo por las continuas y temerarias aventuras del expresidente socialista francés.
Danielle creía que, detrás de todas las injusticias, existía un intento por producir cambios profundos y que la democracia participativa en nuestro continente les estaba enseñando tanto la idea de que había que lograr un desarrollo sostenible, defender la ecología e ir hacia una educación solidaria. “En nuestra experiencia con Francois (Mitterrand) estamos comprobando, lamentablemente, que no se está educando en valores ni en los considerados mejores centros de educación. Todos parecen estimar que solo son necesarios los conocimientos. Hemos visto crecer generaciones educadas para el individualismo, para la competencia. Nada de eso sirve si queremos educar para una cultura de paz, tan necesaria”, afirmaba.
Ya era conocida por sus posiciones socialistas y su marcada amistad con el líder cubano Fidel Castro, entablada la primera vez que asistió a una cumbre de pueblos originarios organizada por la Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú. La increíble líder indígena guatemalteca aún no era conocida en Francia. Danielle explicó: “Ya verán ustedes, recuerden su nombre, porque ella me ha dado una lección de democracia que yo no he visto por aquí”. En efecto, no la olvidaría a lo largo de su vida. La segunda vez que sintió que estaba haciendo un aprendizaje definitivo en Latinoamérica ocurrió después de la muerte de Francois en 1996, cuando fue a pasar 15 días con el Ejército de Liberación Zapatista en Chiapas, México. Danielle Mitterand murió el 22 de noviembre de 2011, a los 87 años.