Educación y conciencia, las claves para el control de las razas “peligrosas”
Luego del último episodio con un pitbull en Berisso, vuelven a surgir las inquietudes sobre cómo tratar a estos animales, ya que el 70% de la agresividad es producto de la educación que reciben.
Luego del brutal episodio en Berisso donde un pitbull fue baleado por la Policía por ingresar a una casa, provocar destrozos y atacar hasta la muerte a otro perro, vuelve a ponerse en escena qué ocurre con aquellas razas consideradas “peligrosas” y cómo actuar para evitar estas situaciones.
En diálogo con diario Hoy, el especialista en comportamiento canino Agustín Correa señaló: “Lo que falla es que la gente no tiene noción de los perros que tiene”, y agregó que “solo el 30% de la agresividad viene por la genética, el 70% es la crianza”.
“La gente tiene determinados perros por belleza o moda y no tienen idea de qué perro tiene ni para qué fue creada esa raza, puede ser de presa, para cazar, para guardia o de compañía, entre otras. Es falta de responsabilidad y poco asesoramiento, hay que consultar al veterinario o un adiestrador”, marcó Correa.
En ese plano, el especialista también señaló que muchas veces ocurre que hay un despegue del cachorro de la madre en un tiempo muy corto, en general los 40 días, cuando debería ser a los 60 o 70 días de nacido.
“Son varios factores que se van sumando pero la responsabilidad nunca es del perro, es siempre del humano que lo tiene a cargo. Si el perro está en condiciones apropiadas, son factores que ayudan a reducir mucho estos problemas, pero hay que ser consiente y darle lo que el animal precisa”, manifestó Correa.
Ahora con la nueva ley, los dueños deberán sacarlos con correa corta, bozal obligatorio y deberán anotarse en un registro donde señalen que poseen determinadas razas como dogos, pitbull, rottweiler, entre otras.
“También es importante la relación con los niños porque a veces el perro se siente desplazado y puede generar alguna agresividad, también con los nenes chiquitos que cuando juegan gritan o se acercan cuando está dormido o comiendo y eso puede generar un problema, por eso es importante que los padres manejen la situación y no dejen a los chicos acercarse en esos momentos al animal”, marcó.