El fundador de la bohemia

A finales del siglo XVIII en Londres, la industria del libelo quiso convertirse en la internacional del chantaje. Muchos de los que conformaban aquella diáspora no eran escritores antes de salir de su país. En ese contexto, fue arrestado y enviado a la Bastilla el más atrevido de todos los libelistas: Gédeón Lafitte. Cuando logró salir, pocas semanas antes que estallara la Revolución francesa, en 1789, llevaba un libro bajo el brazo, escrito durante su cautiverio. Era una novela titulada Les bohemiens, que, en cuanto salió de prisión, intentó sin suerte publicar. Cuando los ánimos revolucionarios amainaron un poco, logró por fin que se la editen sin mayor éxito.

Ese libro, sin embargo, desató una discusión feroz entre ingleses y franceses respecto de quién inventó la bohemia. Según el historiador Robert Darnton, la novela de Laffite, descaradamente autobiográfica, enemiga de toda consigna que no sea la disipación, liquidó la discusión: es cierto que los franceses inventaron la bohemia; pero para practicarla debían ir a Londres, porque en París no se podía ser bohemio.