cultura

El hombre que hizo salir vino de las canillas

Horacio Guarany fue uno de los grandes protagonistas del boom folclórico de los años 60.

Horacio Guarany llegó a batir récords de venta en la música folclórica. Se dice que su zamba Angélica hizo que se agotaran las guitarras en las casas de música. Era comunista, pero le gustaba vivir bien, usaba camisas caras y tomaba los mejores vinos. También lo criticaban por desafinado: “¡Como si la afinación fuera el canto! Muchos podrán afinar muy bien, pero el canto es otra cosa”.

Compuso cerca de 1.000 canciones; la mayoría, de un tirón. En seis horas grababa un disco. Un destino que muy tempranamente imaginó ese chico nacido en el monte del Chaco santafesino, con el nombre de Horacio Rodríguez, y que fue criado por unos primos en un almacén de ramos generales. Una cantante de la ópera china, Lui Yui Fan, grabó uno de sus temas, y Guarany, repentinamente, se volvió ídolo en China y en Unión Soviética.

No solo fue famoso por sus canciones, sino también porque una vez de las canillas de su casa salió vino. En los 70 compró una casa vieja que se vendía al lado de la suya: “Un amigo me dio la idea: No la tires abajo, vamos a arreglarla y a hacer un lugar para juntarnos, como un club”. Le puso “El Templo del Vino”. Iban Edmundo Rivero, Tejada Gómez, Graciela Borges, Javier Villafañe. Para la inauguración pidió a los invitados que abrieran las canillas. No lo podían creer: “¡Salía vino hasta por el inodoro! Simple: cerré la entrada de agua de la calle, vacié el tanque y le puse vino”.

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