“Hace falta reflexionar sobre la violencia que normalizamos contra los animales”

Con el cierre del zoológico de Luján, esta semana se puso en debate la cruel situación en la que viven las especies que están en cautiverio.

Luego de ver las impactantes imágenes sobre las condiciones de vida de los animales del zoológico de Luján, que fue cerrado esta semana, se puso de manifiesto la necesidad de repensar lo que ocurre con estas especies en cautiverio.

Diario Hoy dialogó con la abogada especialista en ética animal y representante de la organización Ánima Ana María Aboglio, quien señaló que, si bien hay un cambio de conciencia al respecto en la sociedad, es algo disímil.

“Los animales están encerrados en un espacio de objetivación a disposición de ciertos humanos. El ser en cautiverio puede estar sometido a condiciones más o menos perjudiciales, pero el daño que se le hace no varía, como tampoco la relación de dominación que los humanos establecemos al participar de estos entretenimientos. Dicho en términos legales, se puede estar violando o no la ley de protección al animal u otras normas administrativas”, marcó.

Muchas organizaciones lanzaron campañas para concientizar sobre la situación en la que viven los animales, sobre todo aquellos que están en espacios chicos para su tamaño y lejos de sus condiciones de vida naturales, como el clima de cada región.

“Hace falta reflexionar acerca de la violencia que hemos normalizado contra los animales, con quienes mantenemos una guerra permanente mientras reconocemos que son conscientes, experimentan el placer y el sufrimiento psicofísico, se comunican y deberían vivir de acuerdo a sus propios términos. Traducido a la práctica del caso, hace falta terminar con el paseo al zoológico”, señaló.

En varias localidades, como por ejemplo en La Plata, el cierre del zoo significó la reconversión a los llamados ecoparques, que tienen unas características un tanto más amigables. Para la doctora Aboglio, “funciona cuando logra hacer lo mejor posible para aquellos que ya están en cautiverio, y siempre que cierre las puertas al uso de cualquier animal”.

Entonces, surge la pregunta ante las acciones de los gobiernos frente a estos problemas, que pueden variar según las prioridades y las características de cada fuerza política y el lugar donde se ­ubiquen.

En ese orden, la especialista guarda una esperanza sobre las futuras camadas de líderes, por lo que señaló que “las generaciones de jóvenes están aprendiendo a sentir empatía y respeto por los más vulnerables, sin importar la especie a la que pertenezcan”.

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