Así lo refleja una encuesta de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva. Otras siete provincias padecen la misma situación.
La grave situación sanitaria continúa lejos de poder lograr un respiro. El aumento de contagios registrados en las últimas horas vuelve a preocupar a los especialistas y a las autoridades.
La desesperación y el desborde golpean a los centros hospitalarios de todo el país. Todos los días cuentan cada una de las camas disponibles para poder recibir y atender a quienes quedan atrapados por este virus, que avanza y sigue dañando.
Según una encuesta realizada por la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI), hospitales públicos y privados de las provincias de Catamarca, Mendoza, Neuquén, San Juan, Buenos Aires, Córdoba, Corrientes y Misiones y de la ciudad de Buenos Aires informaron tener una ocupación superior al 90% de las camas en las Unidades de Terapia Intensiva (UTI).
Del relevamiento, que se realizó el 14 de mayo, participaron 180 UTIs, que representan unas 4.013 camas de todo el país. Se observó un porcentaje de ocupación promedio del 90%, siendo el 53% pacientes con Covid-19.
“La ocupación de camas en las provincias de Catamarca, Mendoza, Neuquén, y San Juan fue superior al 95%. Mientras que en Buenos Aires, CABA, Córdoba, Corrientes y Misiones fue del 90%. En el resto de las provincias la ocupación de camas fue menor”, reza el documento.
En el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) la encuesta fue respondida por 51 UTIs, lo que representa 1.101 camas, con un porcentaje de ocupación promedio del 93%; correspondiente al 94% para los municipios del conurbano y 91% para CABA. Un 65% de las instituciones manifestó no tener camas disponibles.
La provincia en la que se reportó menor ocupación fue Santa Cruz con 68,18%, seguida por Entre Ríos con 71,05%, Chubut con 73,68 y Chaco con 74,44%.
El informe concluye que un importante número de pacientes Covid-19 estuvieron en ventilación mecánica fuera de las UTIs, en la guardia general y en la UCO (Unidad Coronaria). Además, se remarca un alto grado de agotamiento del personal del equipo de salud que persiste elevado.