Impresiones 3D made in La Plata

Un joven desarrolla, a partir de las nuevas tecnologías, máquinas que crean objetos de diversa utilidad social. “No somos inventores, nosotros nos llamamos hacedores”, explicó 

Una impresora 3D es una máquina capaz de realizar réplicas de diseños. A través de ella, un plano puede devenir en un prototipo real y volverse un objeto físico. 

Francisco Gerardi, un adelantado en el armado de este tipo de artefactos, explicó humildemente su rol con sencillas palabras: “No somos inventores, nosotros nos llamamos hacedores”. Lo cierto es que, inventor o no, este joven confecciona máquinas que pueden diseñar cualquier cosa. “Se puede hacer lo se te ocurra, siempre que tenga un tamaño de 20 x 20 cm”, contó.   

En algunos casos, por ejemplo en Medicina, usan las máquinas para convertir los diagnósticos de imagen en modelos. En la actualidad, el trabajo en ese campo es uno de los más avanzados y genera muchas expectativas a nivel mundial. “Se realizan estructuras óseas en tres dimensiones con el objetivo de que el médico pueda practicar con el bisturí, para ver si va a entrar la herramienta o no”, explicó Gerardi. 

Además, este método de impresión se utiliza para hacer cortantes de galletitas, para modelar el fondant de pastelería y hasta para fabricar juguetes sexuales. “No conozco disciplina en la que esta máquina no venga a representar una ayuda o un avance” agregó. 

La idea de Gerardi  de volverse un “hacedor” surgió de niño. A los 12, después de hacer un curso de mecánica en el Pasaje Dardo Rocha, empezó a armar y a desarmar los autos de su padre. A los 16, para una fiesta, fabricó una máquina de humo. Cuando cumplió 18, de regalo de cumpleaños no pidió un auto ni un viaje: quiso una soldadora autógena. “Todo parte de la idea de hacer las cosas de la manera más barata posible y con la satisfacción que genera hacerlo uno mismo. Tenía un auto 0km y lo cambié por una camioneta del año 95 para arreglarla toda”, dijo entre risas este joven que se desempeña como investigador en la Universidad de Lanús. 

Francisco trabaja ahora en un proyecto de impresiones 3D en grandes dimensiones. Junto a colegas de la mencionada casa de altos estudios desarrolló una máquina cilíndrica (de cuatro metros de alto y dos metros de radio) con la que pretende, a fin de año, poder crear sillones u objetos grandes de uso cotidiano. “Es romper las barreras, todas las máquinas que hay ahora a la venta  pueden imprimir objetos pequeños”, dijo. “La máquina ya tiene su registro de patente y tratamos de protegerla”, agregó.

El fantástico mundo de la tecnología permitió que algunos objetos realizados por él en La Plata hayan sido impresos y utilizados en otros países. “Cuando tenía 23 creé un adaptador para conectar un torno a una impresora. Subí el diseño a internet y a los dos meses un chico lo estaba descargando para usarlo en Inglaterra. Al tiempo me mandó una foto del adaptador en uso. Parecía que el objeto, a través de la web, se había teletransportado”, dijo Gerardi que, en 2014, fue invitado a una convención en Moscú por Fab Lab, la meca en producción de objetos físicos  realizados con máquinas controladas por ordenadores.  

Noticias Relacionadas