En el cementerio de nuestra ciudad descansan los restos de un pionero de la aeronáutica nacional, cuya historia pocos conocen.
Juan Miguel Elverdin Arrizurieta nació el 27 de julio de 1858 en Puerto de Azpiroz, Navarra, y siguiendo los cantos de sirena que desde América atravesaban el Atlántico, se vino desde España con solo 18 años.
Primero se radicó en Avellaneda, luego en La Plata. Participó en la construcción de la Capilla de Nuestra Señora de los Dolores, inaugurada el 22 de diciembre de 1901, que luego se convertiría en la Catedral de nuestra ciudad. Pero hay otro motivo para recordar a Juan Miguel Elverdin Arrizurieta y es el haber sido padre de Juan José Elverdin, uno de los más reconocidos aviadores argentinos.
Juan Carlos Coggi ya era un piloto avezado cuando, en 1925, le propuso a Juan José Elverdin hacer un vuelo a La Paz, Bolivia, para participar en los festejos del centenario de dicha república. De esa manera, unieron sin escala la ciudad de La Plata con La Paz. El 12 de agosto de 1925 partieron de Ensenada, en el avión llamado Ciudad de La Plata, y tuvieron un gran recibimiento por parte del gobierno de Bolivia.
El 21 de octubre de 1930, Juan José Elverdin fue incorporado a la Policía de Buenos Aires, con el objeto de colaborar en la implementación de los servicios de un avión a los fines policiales, encargándose de adiestrar a los primeros pilotos.
Basilio Rodrigo era un inmigrante español que quiso darle a nuestra ciudad su primera galería comercial de lujo y así lo hizo: en 1929 construyó lo que hoy conocemos como Pasaje Rodrigo. Fue él quien, en 1933, tuvo la iniciativa de organizar una reunión en el Jockey Club con un grupo de aviadores amigos. Entre ellos estaban Juan José Elverdin y Juan Carlos Coggi, a los efectos de fundar el Aeroclub platense, que se inauguró el 18 de mayo de 1933 y cuya escuela de vuelo formó a muchas generaciones de pilotos argentinos.