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La medida alcanza a los contratos aún vigentes que hayan sido celebrados después del 20 de julio de 2020.
En medio de una pandemia sin precedentes que revolucionó todos los paradigmas y acreditación de saberes, estudiantes de Ciencias Médicas trabajan en voluntariados, call centers y laboratorios para análisis de PCR.
17/04/2021 - 00:00hs
Desde el preciso momento en el que se desató la pandemia, la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata se puso a la altura de las circunstancias ofreciendo su ayuda a la comunidad. Mientras continuaba de modo virtual dando clases de grado para seguir formando profesionales de la salud, también se propuso incorporar el caudal vertiginoso de información vinculada a la Covid-19 y llevó adelante trabajos extracurriculares de voluntariado, call centers y el servicio de laboratorios para análisis de PCR.
“El desafío más grande que tiene la academia es hacer equilibrio entre la información significativa y la urgencia social para que la Medicina ofrezca una respuesta”, dijo a diario Hoy Mario San Mauro, su secretario académico.
El 13 de marzo de 2020, la facultad decidió suspender las clases presenciales. Mientras los docentes de cátedras como Infectología o Microbiobiología eran cada vez más requeridos, toda la institución comenzó un proceso de adaptación sin precedentes.
“Los tiempos académicos son distintos a los tiempos reales de la sociedad”, explicó San Mauro. “Si bien están en constante proceso de revisión, los contenidos de las materias son cuestiones discutidas que deben pasar por un proceso de aprobación. Esta pandemia, sin embargo, ha revolucionado todo. Veinte años atrás era impensado que una vacuna se desarrolle, se apruebe y se aplique en menos de un año. Ahora tenemos un cambio de paradigma. Se han modificado todos los sistemas de acreditación y validación de saberes. En ese lío, en esa tensión permanente entre la verdad científica y la urgencia social, nosotros, como formadores, tenemos que ofrecer las mejores herramientas y mantener nuestro espíritu crítico”.
De la noche a la mañana, esa bolilla menor de los últimos exámenes finales presenciales se convirtió en la infección omnipresente en los pasillos reales y virtuales de la facultad.
Mientras los docentes trabajaban mano a mano y a contrarreloj con el Departamento de Pedagogía para verter los contenidos presenciales a las aulas virtuales, los alumnos de Infectología debían aprender a lidiar con los papers actualizados y el bombardeo mediático de información sobre la Covid. “En un momento tuve que bajar una de las clases de coronavirus por la cantidad de información nueva que a veces contradecía lo que había previamente”, recuerda Juan Pablo Stagnaro, docente de Infectología. “En lugar de esa clase, pusimos las guías y las normas de Nación como para que todo aquel alumno que ingresara a ese ítem pudiera tener la información actualizada y oficial”, agregó.
Si bien los contenidos más específicamente vinculados a la Covid quedan circunscriptos a materias como Microbiología o Enfermedades Infecciosas, la facultad incorporó el modelo epidemiológico de pandemia para estudiar los comportamientos del sistema sanitario y el rol de los diversos actores en el equipo de salud durante el desarrollo de un escenario como el actual.
“Por otro lado, muchos de nuestros estudiantes hacen voluntariados: desde colaborar en los vacunatorios hasta atender el call center que tenemos en la facultad”, comenta San Mauro.
“En cuanto a las instalaciones, la facultad no solamente abrió ese call center para atender las llamadas de la línea de Covid sino que también armó un laboratorio para analizar los hisopados en la facultad. Junto con Veterinaria y con Exactas, éramos las tres facultades que hacíamos PCR para el sistema público y el registro nacional. La facultad se puso a disposición de la sociedad, que es como debe ser”, concluye.