Una reciente investigación de la Universidad de California registró una mejoría en pacientes tras cuatro aplicaciones.
Las aplicaciones de inyecciones de bótox son comúnmente utilizadas para tratamiento estético. Su aplicación permite eliminar las arrugas y la piel flácida, sin embargo, sus beneficios no serían solo cosméticos.
Un nuevo estudio, realizado por investigadores de la Universidad de California, encontró que también puede mejorar la salud mental de algunos pacientes.
Los resultados permitieron detectar que las inyecciones de toxina botulínica pueden tener la capacidad de reducir los niveles de ansiedad y los trastornos relacionados a ella.
La toxina botulínica o bótox es un fármaco que se elabora utilizando una toxina bacteriana y ya ha sido utilizada para tratamientos no estéticos como las migrañas, espasmos musculares, sudoración excesiva e incontinencia.
Estudios anteriores, incluso, han encontrado que las inyecciones de bótox pueden ser la clave para encontrar la cura a afecciones neurológicas graves como la enfermedad de Parkinson.
Ahora, la nueva investigación publicada en la revista especializada Scientific Reports revisó las secuelas de las inyecciones de bótox entre casi 40.000 personas que se sometieron al procedimiento y descubrieron que las inyecciones, aplicadas en cuatro sitios diferentes del cuerpo, producían significativamente menos casos de ansiedad, en comparación con los pacientes que usaban tratamientos diferentes.