cultura

Los comienzos del cine en La Plata

Nuestra ciudad tuvo una actividad cinematográfica pionera, con la primera escuela de cine de América Latina y salas que estaban entre las más bellas del país.

El 28 de agosto de 1948 se inauguró el cine Rocha, en calle 49 entre 7 y 8, considerándoselo entonces como uno de los cines más hermosos y monumentales del país. En aquellos tiempos solo se podían ver películas en nuestra ciudad en los cines bares América y Güemes de 51 entre 5 y 6, que ofrecían sus funciones diarias con el clásico sistema de la “consumición” al precio, en los días más populares, de 25 centavos, incluyendo con la entrada el derecho a un café o una bebida sin alcohol y un sándwich. Se pasaban habitualmente películas de cowboys.

En 1957, un violento incendio destruyó en gran parte el cine Rocha, aunque afortunadamente se salvaron las tres máquinas proyectoras y el sistema de refrigeración (único en nuestro medio). Por entonces, La Plata fue por primera vez el epicentro de la célebre “Semana Internacional del Cine”. Con los años, la sala pasó a formar parte de un complejo cinematográfico que el 8 de julio de 2003, tras estar cerrada 15 años, reabrió esta sala pionera con el nombre de Cinema Rocha, con la pantalla de proyección más grande de toda Sudamérica.

El cine había llegado a nuestra ciudad en julio de 1901, con el emblemático salón biógrafo –con capacidad para 70 personas– que fundó Eduardo Ciocchini en 8 entre 51 y 53, en frente de la Legislatura, quien había adquirido un Kinetoscopio Edison. No obstante, hubo proyecciones más antiguas aún en el Teatro Argentino y el Politeama Olimpo. Durante aquellos primeros años, la filmografía nacional incluyó casi exclusivamente imágenes de tipo documental, con desfiles y actos celebratorios.

El fusilamiento de Dorrego es considerada la primera película argentina muda, ya que la misma se basaba en la historia real de la ejecución del militar unitario Manuel Dorrego, hecho que sucedió en 1828. Fue dirigida por Mario Gallo, pionero del cine de nuestro país, y se estrenó en 1908. La película es prácticamente un misterio, pues no ha sobrevivido ninguna información sobre ella. Solo se conocen a los actores, entre los que se encuentran los reconocidos Eliseo Gutiérrez, Eduardo Zucchi y Salvador Rosich.

Hacia 1920, nuestra ciudad tenía más de una docena de cines: el París ( 7 entre 48 y 49), Select (7 entre 55 y 56), Avenida Hall (7 entre 58 y 59), Splendid (12 entre 56 y 57) y La Gauloise (4 entre 45 y 46) entre los más destacados. La Plata, no obstante, no solo fue un lugar de exhibición cinematográfica, sino también de producción. Según un trabajo de Igor Galuk y Rodrigo Sebastián, en la década del 40 se creó en la ciudad el Grupo de Cine Experimental de La Plata, una especie de cineclub coordinado por Cándido Moneo Sanz (fotógrafo, titiritero y cineasta platense), cuyos miembros formaron parte de la primera etapa de la Escuela de Cine en la ciudad.

El 5 de mayo de 1955, bajo el segundo plan quinquenal del Presidente Juan Domingo Perón, se crea el Departamento de Cinematografía de La Plata, dentro de la Escuela Superior de Bellas Artes (UNLP), con el fin de fomentar la industria y los recursos culturales para exportar contenidos a otros países. Las clases comenzaron en 1956 y fueron un éxito. Fue la primer Escuela de Cine de América Latina. La escuela de cine fue cerrada por la última dictadura y reabierta en 1993, aunque parte de su equipamiento y archivo fílmico nunca pudo ser recuperado. Tuvo docentes y alumnos cuyos nombres quedaron escritos en la historia del cine nacional: Raymundo Gleyzer, Carlos Sorín, Marcelo Piñeyro, José Martínez Suárez, Augusto Roa Bastos y Simón Feldman entre otros.

Entre la filmografía platense de la primera época, se pueden destacar los cortometrajes Cirugía (1960), la primera tesis de la Escuela de Cine de La Plata, y Ciudad (1961), ambos realizados por Luis Vesco; Los indefensos (1962), de Luis Fernández; y Pejerrey (1962), de Clara Zappetini. Más tarde, un grupo de estudiantes de cine realizaría Los taxis (1967-1970), que incluía una reflexión de los estudiantes sobre sus propias imágenes. El primer largometraje que se hizo en nuestra ciudad fue La ilustre desconocida, estrenada en 1925.

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