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Los castillos de Burj Al Babas, uno de los lugares más surrealistas de la Tierra

En Turquía, a medio camino entre Estambul y Ankara, se encuentra un pueblo fantasma abandonado donde todos y cada uno de sus casi 600 edificios son castillos de Disney

En Burj Al Babas, Turquía, en la provincia de Bolu, entre Estambul y Ankara, se encuentra abandonado uno de los lugares más surrealistas de la Tierra.

Se trata de la colección de castillos en miniatura con un diseño inspirado en edificaciones francesas y turcas y con estética de cuento de hadas.

Todo empezó en 2011, cuando la empresa constructora Sarot Group soñó un complejo residencial de 732 villas de estilo románico medieval, inspirándose en la Torre de Gálata, levantada en 1348 en Estambul.

Antes de iniciar la construcción, docenas de villas fueron vendidas a inversores árabes de Catar, Baréin, Kuwait, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. El precio de mercado oscilaba entre 370.000 y 500.000 dólares por 325 metros y se habían vendido 350.

La construcción comenzó en 2014 y se esperaba que durara cuatro años. Se trataba de minimansiones de 225 m² que iban a tener una decoración interior al gusto de cada cliente, aunque todos contarían con detalles de alto confort como losa radiante, jardín con piscina y un jacuzzi en cada planta.

Además, el centro del "nuevo pueblo" se construyó un edificio más grande, de estilo clásico, pensado para ofrecer servicios de ocio como centro comercial, restaurantes, cine, comercios, hammams (baños turcos), piscinas, gimnasios y guardería para los millonarios más pequeños.

Debían ser un imán para inversores del Golfo Pérsico, pero al ver que era la versión AliExpress de Exin Castillos, los compradores nunca llegaron. Y cuando los precios del petróleo cayeron en 2018, la empresa se declaró en bancarrota. Otros aseguran que el mayor inconveniente provino de una creciente tensión política entre los gobiernos de Arabia Saudita y Turquía.

Lo real fue que todo quedó en un estado de abandono, en un barrio solo de estructuras vacías y en una parada imperdible que ofrece un espectáculo surrealista e inquietante que atrae a miles de turistas y fotógrafos intrigados por su historia.

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