Los gastronómicos no consiguen empleados

El sector se encuentra en problemas ya que, aunque se reactivó, aún conserva salarios desactualizados y horarios maratónicos que no atraen postulantes.

Nunca se vivió algo igual. En el Instituto tenemos más pedidos de trabajadores que inscriptos para cubrirlos”, admite Ana Lía Toccalino, a cargo del Instituto Superior de Enseñanza Hotelero Gastronómica (Isehg).

“¿Quién tiene cocinero?”, “¿Quién conoce a un cajero?”, “¿Quién conoce moza?, “¿Alguien para recomendar de jefe de mantenimiento?”. Son las preguntas diarias en los chats gastronómicos. “No estamos trabajando por falta de personal, disculpe las molestias”, es otro de los mensajes que se escuchan cuando se llama a algún restaurante para pedir comida. Entonces, si hay tanta demanda de trabajadores, ¿qué es lo que sucede en el sector?

El problema, básicamente, es que hay empresarios que se quejan de la poca capacitación de los postulantes y de la dificultad para cubrir puestos de calificación media o alta, quieren liderazgo y responsabilidad, pero ¿qué ofrecen a cambio de esta alta calidad de empleados que demandan? Sueldos desactualizados por debajo del básico, jornadas maratónicas, horarios a contramano, fines de semana ocupados y, en algunos casos, maltrato.

Ante esta situación, desde diario Hoy nos comunicamos con Belén, que es trabajadora gastronómica hace 11 años para que nos cuente su visión. “En estos años de trabajo vi de todo y pasé por todos los puestos encontrando un factor común: la explotación laboral. Creo que lo más factible es que ningún gastronómico tenga sus empleados en blanco o que sus salarios lleguen a la mitad de un sueldo básico”, nos explica y continúa: “Muchas veces un empleado gastronómico debe hacer horas extra obligatoriamente y no son remuneradas. Tampoco posee el derecho de vacaciones pagas (con suerte le guardan el lugar). Creo que nunca vi tantos trabajadores llorando como dentro de un restaurante por saturación mental, por exceso de tareas, presión por tiempos irrisorios, competencia entre empleados por propinas que literalmente los ponen a pelear por el salario. Es verdad que hay empleadores que quieren hacer las cosas bien, el 1%, pero es muy difícil porque si tienen todo en regla, tienen que cerrar. Yo creo que una reforma tributaria a empresas pequeñas de forma diferencial puede ser una solución”.

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