Mariana Enríquez, platense honoraria

Se hizo escritora en La Plata y sus libros alcanzaron un gran reconocimiento internacional. En el mes de marzo se subirá a un escenario para hacer una lectura acompañada por músicos.

Vivió en nuestra ciudad buena parte de la infancia y toda su adolescencia. Fue en esta ciudad que eligió ser escritora, en una época cuya oscuridad sigue siendo la atmósfera de sus relatos. El New York Times le endilgó un mote que seguramente la acompañará por muchos años: “La estrella de rock de la literatura”. Mariana Enríquez conversó con el diario Hoy sobre su visión de la literatura y el espectáculo, antes de la presentación del 16 de marzo en un teatro porteño.

—Qué va a pasar en el escenario del Coliseo el jueves 16 de marzo?

—Voy a hacer una serie de lecturas elegidas especialmente, partes de novela, textos periodísticos, algún texto inédito. Estaré acompañada de Mono Hurtado en el contrabajo; Alejandro Bustos, que hace unas ilustraciones en arena muy raras, que dan un ambiente de cuento de hadas medio gótico; y creo que se sumará un músico más que se llama Pablo Ledesma. Al final habrá una conversación con la gente, sin red, para que pregunten lo que quieran. Y vamos a regalar libros firmados, en español y en algunos otros idiomas. No tengo tantos para toda la gente que vaya, pero la producción va a elegir algún tipo de sorteo.

—¿Cómo calificarías el tipo de espectáculo?

—No es una obra de teatro ni stand up, sino una lectura estetizada y ampliada un poco. Si leo un cuento, digo cómo fue el backstage del cuento; si leo un texto de no ficción cuento cómo surgió, cuánto es verdad. No estaré en otro rol que no sea el de escritor.

—Hay muchos textos tuyos atravesados por la música, ¿se te cruzó alguna vez la idea de dedicarte a la música?

—Sí, cuando era joven. Pero soy muy mala. Estudié un poco de guitarra eléctrica con amigos, pero no pasa por ahí. Lo abandoné rápido, aunque me hubiese gustado. No tengo coordinación, porque técnicamente soy bastante torpe. En un piano, por ejemplo, una mano va bien y la otra no. Así como no soy buena para manejar porque me cuesta la coordinación mano/pie.

—La Plata es una ciudad que está muy presente en tu historia

—Yo me mudé a la ciudad a los 9 o 10 años y viví en la Plata hasta los veintipico. A esa edad me volví a Lanús, que es donde nací. Así que básicamente hice el final de la primaria, toda la secundaria y los primeros años de la Facultad de Periodismo ahí. Tardé en terminar la carrera porque había empezado a trabajar y rendía cuando podía.

—¿En qué zona vivías?

—Viví en varias zonas. Primero viví cerca de Plaza Paso. Después me mudé más para La Loma, en 44 y 25. Pero, cuando recién llegué a La Plata, vivía cerca de la estación de trenes, en la casa de unos amigos de mis padres. En ese momento, mi papá no tenía trabajo en Buenos Aires y consiguió uno en La Plata. Pero hasta que conseguimos alquilar, vivimos en esa casa. Fue bastante movido.

—¿Se puede decir que te hiciste escritora en La Plata?

—Sí, empecé a escribir ahí cuando tenía 17 años, en mi último año de la secundaria. Escribí una novela que se publicó en 1995, Bajar es lo peor, basada en ciertas experiencias con mis amigos -algunas inventadas, por supuesto-, de las cosas que nos gustaban a nosotros. No lo pensé nunca para publicar, sino más bien como una especie de reflejo de nuestras experiencias y de nuestros gustos que no encontraba demasiado en la literatura en español en ese momento. También, estamos hablan­do de una época -1988/1989- con la hiperinflación, el desastre total. Tampoco era tan fácil acceder a cosas como sí se pudo durante los 90, con el uno a uno que te comprabas los libros importados. Era una época en la que era todo vertiginoso porque no había grandes referentes. Una época muy complicada para ser joven y con los padres que estaban hasta las manos. Yo tuve un escape creativo ante eso.

—¿Te sirvió estudiar Periodismo?

—Yo creo que sí. Sobre todo en abrirme a intereses. Periodismo en esa época era una carrera que parecía casi un secundario bueno. Tenías Historia del Siglo XX, Filosofía, Historia Argentina y de América Latina, con más profundidad de lo que podías tenerlo en la secundaria. Para escribir también me sirvió, porque yo hice Gráfica directamente. No hice radio ni tele. Tenía de profesor a Martín Malharro, que era muy hincha, pero era bueno, y te daba buenas cosas para leer. Era realmente un profesor muy exigente y es algo que a mí me gustaba. No me gusta que me perdonen la vida.

—Como cultora de los relatos de terror, ¿cuál fue el libro o la película que más te aterrorizó?

—Cementerio de animales de Stephen King como libro. Y como película, depende de la época, en su momento, la primera de Freddy. De grande, Mulholland Drive de David Lynch. Todavía me da mucho miedo.

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