Marilyn Monroe, la Venus fabricada por Hollywood

Fue uno de los mayores símbolos sexuales de la historia del cine, pero detrás de su imagen infinitamente seductora se escondía una vida marcada por la desolación.

ollywood cargará con la culpa de esta muerte. La vida de Marilyn fue explotada más allá de lo que nadie puede aguantar”, dijo sir Laurence Olivier ese domingo 5 de agosto de 1962, por la mañana, cuando leyó la noticia de que Marilyn Monroe había sido encontrada muerta en su mansión de estilo español de la que no salía desde muchos días atrás. Sobre la mesa de luz, un frasco de pastillas para dormir, vacío. La mano sobre el teléfono, emergiendo del lecho en el que, desnuda bajo las sábanas que la cubrían hasta el cuello, algunos años después inspiraría al poeta y sacerdote nicaragüense Ernesto Cardenal, una oración que termina diciendo: “Señor/ quienquiera que haya sido el que ella iba a llamar/ y no llamó (y tal vez no era nadie/ o era Alguien cuyo número no está en el Directorio de Los Ángeles)/ ¡contesta Tú al teléfono!”.

Nació a la fama posando desnuda en un almanaque. Estaba a punto de cumplir 23 años, era una joven actriz de Tinseltown soñando con la fama. Por entonces, no tenía qué comer ni tenía dónde dormir. Una vez le pagaron 50 dólares por aparecer delante de un fondo de terciopelo rojo. Recordando ese momento, y ante los reproches que retrospectivamente le hicieron, dijo: “En las mismas condiciones de aquel tiempo, volvería a hacerlo”.

Había nacido en Los Ángeles el 1° de junio de 1926, con el nombre de Norma Jeane Mortenson. Su madre, de origen nórdico, murió en un accidente antes de poder conocer a su hija. Norma fue criada por sucesivos hogares de adopción, porque la permanente inestabilidad económica y emocional de su madre le permitía estar solo breves temporadas con su hija.

Cuando tenía 16 años, se casó con un agente de Policía, Jim Dougherty, pero a los cuatro años se divorció y decidió presentarse a un casting de la Twentieth Century Fox para trabajar como extra de cine. Ahí le pidieron que adoptara un nombre artístico, le propusieron Marilyn Monroe, por la actriz Marilyn Miller, y ella eligió Monroe, por ser el apellido de soltera de su madre.

Tenía un deseo que repetía en las declaraciones de prensa con la fuerza de una consigna: “Quisiera que debajo de un cuerpo más o menos bien modelado encuentren a una actriz”. El público y la prensa encontraron a la actriz en Tempestad de pasiones, una película de 1952, de Fritz Lang, con un elenco que incluía a Barbara Stanwyck y Robert Ryan, y posteriormente en Travesuras entre matrimonios, comedia en la que trabajó junto a Ginger Rogers y Zsa Zsa Gabor. Torrente pasional es la película que la coloca como el mayor símbolo sexual de Hollywood –del afiche promocional de este filme Andy Warhol tomó la imagen de la actriz para su Díptico–.

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