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Peter Weir, un director de cine en la primera fila de Hollywood

De sus trece películas, cinco ganaron el Oscar. Su obra cinematográfica no se parece a la de ningún otro director.

Alguna vez se definió como "un europeo que vive en Asia con nacionalidad australiana”, lo que implica asumir que su formación es una síntesis de visiones opuestas del mundo. Por eso en sus películas siempre hay profundos choques culturales: La última ola, Testigo en peligro, La sociedad de los poetas muertos, The Truman show. Dirigió thrillers, dramas, películas de guerra y de terror. Sus películas son un campo de batalla entre lo racional y lo irracional, o para decirlo en términos sarmientinos, entre civilización y barbarie. Pero la originalidad de Weir, es que busca en lo primitivo y lo salvaje las respuestas que la civilización no ha descubierto. Para eso se necesita cierta dosis de osadía: “El miedo te hace estúpido, y es contrario a la creación. Para crear puedes estar loco, ser malo, ser talentoso, pero no puedes tener miedo. La creación es un estado de inconsciencia”

En su primera película –de 1974- Enigma en París, también conocida como Los coches que se comieron París-, transcurre bajo un clima propio del cine de terror clásico, donde todos son culpables. Un año después, haría una película que suscitaría un interés mundial por el cine australiano: Picnic at Hanging Rock, una película de misterio en la que todo sucede en un clima que oscila entre la ambigüedad y lo fantástico: un grupo de alumnas de un colegio victoriano va a festejar el día de San Valentín en un lugar de origen volcánico, llamado Hanging Rock. Sólo una de las alumnas regresará de la excursión, pero sin recordar nada. Lo que ocurrió es una barrera imposible de cruzar.

Con Gallipoli, protagonizada por Mel Gibson, Peter Weir dejará en claro su visión antibelicista, al mostrar como quedará para siempre ensombrecida el alma de los jóvenes soldados australianos que fueron enviados a combatir en Turquía, en el marco de la Primera Guerra Mundial. Todos ellos ven derribados por los zarpazos de la guerra, los sueños que habían construido para su futuro.

El año que vivimos en peligro es una historia de amor que involucra a corresponsal de guerra y una diplomática británica, con las actuaciones de Sigourney Weaver y, otra vez, Mel Gibson.

Testigo en peligro es un thriller contado con un tempo impecable, y cuya acción central ocurre en el seno de la comunidad amish. -. Un niño, en un baño de estación de trenes, es testigo casual de un asesinato. Como el niño puede reconocer al asesino –que resulta ser un prominente miembro del Departamento de Policía-, su supervivencia depende un hilo. Un detective se hará cargo de protegerlo. Es quizá su mejor película, en la que destellan las actuaciones de Harrison Ford, Kelly Mc Gillis, Dany Glover y Viggo Mortensen. Fue propuesta a ocho premios Oscar, alcanzando a alzarse con dos –mejor guión original y mejor montaje

En la Sociedad de los Poetas Muertos, el profesor Keating –interpretado por Robin Williams-, utiliza un método de enseñanza que lanza a sus alumnos hacia un mundo completamente distinto del que conocían hasta entonces. Fue estrenada en 1985, y cómo nueva muestra de los sólidos desarrollos narrativos de las películas de Peter Weir, obtuvo, una vez, Oscar al mejor guión.

Matrimonio de conveniencia es la única comedia de Weir y su obra más optimista. La elección del género marca el tono. Fue galardonada con los premios Globo de Oro a la mejor película y al mejor actor- Gérard Depardieu-. También fue nominada para el Oscar al mejor guion. También en esta obra se muestra la coexistencia de dos realidades en un mismo espacio: a un ciudadano francés, le han ofrecido empleo en Estados Unidos, pero para poder vivir y trabajar en ese país necesita un documento que sólo puede obtener casándose con una ciudadana estadounidense –Andie Mac Dowell-.

The Truman Show es quizá una de las mayores actuaciones de Jim Carrey en toda su carrera. Un hombre que es expuesto ante las cámaras desde antes de nacer, pero sin ser consciente de ello. Vive en un decorado, en una realidad inventada por otros. Su vida está controlada en cada uno de sus aspectos. Lo que cree libertad no es otra cosa que un libreto escrito por otros. En definitiva, una historia no muy distinta a la de cada uno de nosotros.

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