Preocupación por las consecuencias de los incendios en el Delta

Desde hace ya varias semanas los incendios en la región del Delta están afectando a miles de personas, causando graves daños en distintos ámbitos. Con la llegada del humo al área del AMBA, la noticia formó parte de la agenda nacional durante algunas jornadas. Hoy en día, si bien se han apagado muchos de los focos, quedan aún algunos activos y por eso los brigadistas y todo el personal especializado continúa trabajando a destajo.

La bajante del río y las importantes sequías son solo algunas de las causas de este presente. Desde hace tres años, esta zona se encuentra de forma casi permanente con incendios activos, perjudicando tanto a las personas como al medioambiente. En el 2020 se estiman que se quemaron 400.000 hectáreas, en 2021 se vieron afectadas otras 300.000 y en lo que va del 2022 ya el número ronda las 200.000, lo que significa que en tres años el fuego alcanzó a 900.000 hectáreas. “Los índices bestiales de contaminación ambiental que tenemos desde hace ya casi tres años en localidades situadas a la costa del Paraná han ocasionado decenas de alteraciones a la salud, tanto en grupos de riesgo como en la población en general. Los médicos citan el agravamiento y el desarrollo de problemas de salud especialmente vinculados a lo cardiovascular, respiratorio, oftalmológico y dermatológico”, le remarcó a diario Hoy Julieta Bernabé, integrante de la Multisectorial Humedales de Rosario, quién agregó: “El estar expuestos al humo incrementa la posibilidad de desarrollar accidentes cerebro vasculares, problemas cardíacos, diabetes y cáncer. En cuanto a niños en gestación se vincula a un mayor índice de abortos espontáneos, bajo peso al nacer y futuros problemas cognitivos. De hecho la Universidad Nacional de Rosario está llevando adelante estudios centrados en este último punto. Acá en Rosario la gente pone toallas mojadas bajo puertas y ventanas, o directamente encinta. Si me decían hace cuatro años que iba a vivir así no lo creía. Por recomendación médica se debe salir de las casas lo menos posible, evitar todo tipo de actividad física e hidratarse. Hay gente que ante la aparición del humo automáticamente se medica, sobre todo asmáticos”.

Algunos especialistas estiman que recuperar el humedal y su total funcionalidad llevará unos 300 años, dado las graves consecuencias que están apareciendo. Entre ellas, se destacan más allá de las infecciones a nivel humano, la pérdida de fertilidad en los suelos, las alteraciones en el clima y la extinción de especies. En el 2020, el Conicet realizó un trabajo científico sobre el impacto del fuego en el ambiente. Allí, entre los efectos de los incendios intencionales en los humedales del Paraná Medio, se registraron 83 especies de plantas y animales quemados por el fuego, siendo los más afectados los anfibios, los reptiles y algunos mamíferos que no podían escapar ante semejante desastre. Los expertos remarcan que sin los humedales el tipo de clima que existe se alteraría y cambiaría todo el ciclo biológico de decenas de especies. Es importante recordar, que los humedales, que representan el 21,5% del territorio nacional, sirven como depuradores de contaminantes y reservorios de agua, además de prevenir las inundaciones, porque contienen los desbordes del río.

Dado el recrudecimiento de los focos en las islas del Delta, diversas organizaciones volvieron a exigir la sanción de la Ley de Humedales. “Apoyamos el llamado proyecto consensuado, el cual perdió estado parlamentario a fines de 2021 y fue nuevamente ingresado en marzo de este año. Extrañamente tardó varios meses en ser girado a comisiones. Ahora lo que se pide es un plenario de comisiones a fines de acelerar su sanción. Sabemos de un proyecto oficialista también en marcha, aunque desconocemos si fue presentado o si lo será en algún momento. Este proyecto ligado al Cofema, es un desguace del anterior”, cerró Bernabé.