Frente a la retirada rusa en algunos puntos, Ucrania continúa con la contraofensiva

Las tropas ucranianas liberaron más de 6.000 kilómetros cuadrados de territorio, mientras que las fuerzas del Kremlin bombardearon la ciudad de Lozova, en la región de Járkov.

Aunque las fuerzas del Kremlin siguieron bombardeando masivamente la región de Járkov, las tropas ucranianas aumentaron su contraofensiva ejerciendo una gran presión sobre las fuerzas rusas. “Desde principios de septiembre hasta hoy, nuestros soldados ya han liberado más de 6.000 kilómetros cuadrados del territorio de Ucrania, en el este y el sur”, dijo el presidente Volodímir Zelenski, y agregó: “El movimiento de nuestras tropas continúa”.

Aunque algunas de estas afirmaciones del éxito militar no pudieron verificarse de forma independiente, la inteligencia británica, que suele filtrar informaciones en sus redes sociales desde el principio del conflicto, dijo que una de las principales fuerzas de Moscú, el Primer Ejército de Tanques de la Guardia, fue “gravemente degradado” durante la contraofensiva. De acuerdo a esos reportes, no habría sido Ucrania la responsable del ataque a Izium, sino la propia OTAN.

A pesar del triunfalismo reinante en las tropas ucranianas, Rusia mantiene su ofensiva, tal como confirmaron Kiev y el Kremlin. “Las fuerzas del aire y la artillería están llevando a cabo ataques masivos contra unidades de las Fuerzas Armadas ucranianas en todas las direcciones operativas”, dijo el Ministerio de Defensa ruso en su informe diario sobre el conflicto. Según el comunicado, los bombardeos ocurrieron cerca de Sloviansk, Konstantinivka y Bajmut, en el este de Ucrania; en las regiones de Mikolaiv y Zaporiyia, en el sur; y en Járkov, en el noreste, escenario de la contraofensiva que en los últimos días obligó a las fuerzas rusas a retirarse de la mayor parte de la región.

A través de sus cuentas oficiales de las redes sociales, el gobernador de Járkov, Oleh Siniehubov, confirmó que las fuerzas rusas estuvieron bombardeando la ciudad de Lozova, donde tres personas murieron y nueve resultaron heridas. Asimismo, el área de Nikopol, que está al otro lado del río Dniéper, cerca de la planta de energía nuclear de Zaporiyia, fue bombardeada seis veces durante la noche, pero no se reportaron heridos. Los continuos bombardeos –de los cuales rusos y ucranianos se acusan mutuamente– dejó la instalación nuclear más grande de Europa en una situación precaria.

“Cientos y miles de ucranianos se encontraron en la oscuridad, sin electricidad”, lamentó Zelenski. “Casas, hospitales, escuelas, infraestructura comunal... Sitios que no tienen absolutamente nada que ver con la infraestructura de las Fuerzas Armadas de nuestro país. Esta es una señal de la desesperación de quienes idearon esta guerra. Así es como reaccionan ante la derrota de las fuerzas rusas en la región de Járkov. No pueden hacerles nada a nuestros héroes en el campo de batalla”, aseveró el presidente.

El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, indicó la noche del lunes que las fuerzas ucranianas habían logrado “progresos significativos” gracias a su resiliencia y al apoyo norteamericano. “Es demasiado pronto para decir exactamente a dónde va esto”, agregó Blinken. “Los rusos mantienen fuerzas muy importantes en Ucrania, así como equipos, armas y municiones. Continúan usándolos indiscriminadamente no solo contra las Fuerzas Armadas ucranianas, sino también contra civiles e infraestructura civil”.

El Instituto para el Estudio de la Guerra de EE. UU. tuiteó: “Ucrania infligió una gran derrota operacional a Rusia al recuperar casi toda la región de Járkov (...), pero la contraofensiva actual no pondrá fin a la guerra”.

Moscú admitió la pérdida de territorio, pero el vocero del Kremlin aseguró que no hay perspectiva de negociaciones. “La operación militar especial continúa y va a continuar has­ta alcanzar los objetivos planteados al inicio”, manifestó Dmitri Peskov. “Según nuestras informaciones, se están produciendo numerosas acciones punitivas contra habitantes de la región de Járkov”, acusó el vocero. “Hay gente torturada y maltratada. Es indignante”.

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