Recrudece la violencia en Myanmar y el Papa pide el cese de la represión

Con un total de 38 muertes a causa de la represión en las grandes manifestaciones tras el golpe de estado que rige en el país desde el 1º de febrero.

Myanmar vivió hoy la jornada más violenta desde el golpe de estado del 1 de febrero, con 38 muertos, afirmó la emisaria de la ONU para el país, Christine Schraner Burgener, mientras el Papa Francisco reclamó el cese de la represión de la junta militar.

"Tenemos ahora más de 50 muertos desde el comienzo del golpe de estado y múltiples heridos", detalló la funcionaria durante una videoconferencia de prensa desde Suiza, con periodistas en la ONU.

Al ser consultada sobre las condiciones impuestas por los militares para una posible visita suya, que la ONU reclama desde hace un mes, Schraner respondió que le habían dicho que sería bienvenida, pero "no ahora", ya que antes debían resolver algunos problemas. 

Las fuerzas de seguridad continuaron hoy disparando balas de plomo contra los manifestantes, desafiando todas las protestas internacionales, en tanto la junta militar intensificó su represión desde el golpe que derrocó al gobierno civil de Aung San Suu Kyi el 1 de febrero. Más temprano, el papa Francisco pidió a la junta militar que detenga la represión.

"Recibo noticias tristes sobre los sangrientos enfrentamientos con pérdida de vidas humanas; deseo llamar la atención de las autoridades involucradas para que el diálogo prevalezca sobre la represión y la armonía sobre la discordia", dijo Francisco al término de la audiencia general celebrada sin fieles en el palacio pontificio de Roma.

"La comunidad internacional debe trabajar para que las aspiraciones del pueblo no se vean sofocadas por la violencia", instó.

Los medios de comunicación locales informaron sobre nuevas escenas de represión en distintas ciudades del país, con un balance provisional de 18 fallecidos que más tarde la ONU elevó a 38.

Con cortes de Internet, un refuerzo del arsenal represivo y olas de detenciones, la junta militar sigue intentando asfixiar a sus detractores.

Los birmanos siguen, pese a todo, saliendo a las calles para reclamar la renuncia de los generales golpistas y la liberación de cientos de detenidos encarcelados en las últimas semanas.

 

Noticias Relacionadas