Feroz ataque a una base norteamericana en Irak
Al menos diez cohetes fueron disparados hoy contra una base en la que hay desplegados soldados estadounidenses en el oeste de Irak. Un contratista murió de un ataque cardíaco debido al violento episodio.
Los cohetes cayeron en la base de Ain Al Asad, en la que que hay tropas iraquíes y extranjeras, y varios de ellos terminaron dentro de la zona donde están los soldados estadounidenses de la coalición internacional antiyihadista, dijeron las fuentes.
"Las fuerzas de seguridad iraquíes están llevando a cabo la investigación", dijo en Twitter el coronel Wayne Marotto, portavoz estadounidense de la coalición internacional antiyihadista.
Un contratista civil, cuya nacionalidad no se ha precisado, murió debido a una crisis cardíaca tras este ataque, según las fuentes de seguridad, citadas por la agencia de noticias AFP.
Esta agresión, la última de varias del mismo tipo perpetradas en las últimas semanas, llega a dos días de la llegada del papa Francisco a Irak, y muestra la dificultad logística que supone organizar la visita del pontífice.
A las restricciones sanitarias debido a la pandemia del coronavirus se suman las tensiones entre las dos potencias más influyentes en Irak, Irán y Estados Unidos.
Washington señala regularmente a facciones armadas aliadas de Irán como responsables de este tipo de ataques con cohetes.
Fuentes de los servicios de seguridad iraquíes explicaron que los proyectiles se habían disparado desde un pueblo cercano a la base y según fuentes de seguridad occidentales eran cohetes "Grad", concretamente de tipo "Arash", de fabricación iraní y más potentes que los usados recientemente.
Irán y Estados Unidos, enemigos acérrimos, están presentes directa o indirectamente en Irak. Estados Unidos lidera la coalición internacional antiyihadista que lucha contra el Estado Islámico (EI) y tiene en este momento 2.500 militares en el país.
Irán cuenta con el apoyo del Hashd al-Shaabi, una poderosa coalición paramilitar integrada en el Estado iraquí y compuesta principalmente por facciones armadas financiadas y armadas por Irán.
Irak vivió un periodo de calma relativa a partir de octubre, cuando se anunció una tregua de las facciones proiraníes después de la amenaza estadounidense de retirar todos sus soldados y diplomáticos del país. Pero recientemente, los ataques se han reanudado.
En febrero, varios cohetes cayeron cerca de la embajada estadounidense en Bagdad. Otros proyectiles fueron lanzados contra la base militar que alberga a tropas de la coalición en el aeropuerto de Erbil, la capital del Kurdistán iraquí, una región vista durante mucho tiempo como un oasis de paz en un Medio Oriente desgarrado por las guerras.
Dos personas fallecieron en este ataque, entre ellas un civil extranjero que trabajaba para la coalición.
Como respuesta, Estados Unidos llevó a cabo ataques contra milicias proiraníes en el este de Siria en los que murieron al menos 22 combatientes.
Fue la primera operación militar del Gobierno del presidente Joe Biden y mereció la condena de las autoridades iraníes y sirias.