Regresó el fuego a la siderúrgica de Mariúpol

El humo de las explosiones vuelve a salir de la planta de Azovstal.

El Ejército ruso reanudó ayer los ataques contra la planta metalúrgica de Azovstal, en cuyo interior se encuentra un número indeterminado de militares ucranianos que se niegan a entregarse.

Petro Andriushchenko, asesor de la alcaldía de Mariúpol, anunció en un mensaje difundido a través de Telegram que, “como se esperaba, tras el paso del convoy de la ONU (evacuando a los civiles), las fuerzas de ocupación han comenzado a golpear Azovstal”. “Han intentado especialmente atravesar un puente, el mismo que fue utilizado para la evacuación de civiles”, aseveró, y aclaró que el Ejército ruso no ha tenido éxito por el momento.

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, reconoció la imposibilidad de liberar la ciudad. Según el mandatario, el país “carece del armamento pesado necesario para liberar Mariúpol” en una operación militar. Al mismo tiempo, el presidente ucraniano explicó que también es prácticamente imposible garantizar la salida de los militares ucranianos atrincherados en la planta y acusó a Rusia de bloquear los esfuerzos para su evacuación.

Desde Moscú afirman todo lo contrario, y han reiterado que los militares pueden salir, entregar las armas y recibir un trato digno como prisioneros.

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