Más de 260 mil platenses viven en asentamientos sin servicios

El Observatorio Socioeconómico de la Universidad Católica La Plata (Ucalp) publicó la séptima edición del Indicador de Integración y Desarrollo, un relevamiento sobre cuáles son las condiciones de vida en los barrios populares en el Gran La Plata (incluyendo Berisso y Ensenada). En síntesis, el estudio arrojó que más de 260.000 personas que viven en villas y asentamiento sin acceso a servicios públicos básicos. Además, 35 mil son menores de 9 años.

Según consta en el documento difundido, el trabajo de campo fue realizado en 2024 y combina datos cuantitativos y cualitativos. Su objetivo es detectar situaciones críticas y orientar políticas públicas que promuevan la equidad, la inclusión y el desarrollo humano integral.

En este sentido, los datos concluidos revelan un panorama preocupante: el 90% de las personas de esos barrios de la periferia carecen de cloacas; el 80% no están conectados a la red de gas; y el 70% no tienen acceso seguro a la energía eléctrica.

A su vez, el 70% posee criaderos de mosquitos, el 60% no tienen veredas, calles pavimentadas, número de vivienda, ni conexión a Internet, y el 50% tiene cerca algún foco contaminante. También, cinco de cada diez personas cuentan con emprendimientos, y tienen una escuela o sala de salud a más de diez cuadras.

La situación más cruda a la que concluyó el estudio es el 60% de las personas que viven en estos asentamientos no cuenta con acceso a agua potable, además que en mismo porcentaje no tiene una parada de micro a menos de diez cuadras.

En cuanto a su ubicación, los dos mayores asentamientos son en el Puente de Fierro 1 y 2 en Altos de San Lorenzo y la Megatoma de Los Hornos en el ex Club de Planeadores.

La primera es una de las urbanizaciones informales más grandes de la región, con más de 5.200 habitantes, abarcando decenas de manzanas entre calles 22 a 30 y 85 a 90. Ocurren allí frecuentes allanamientos por narcotráfico.

La segunda se originó en febrero de 2020 y es considerada la toma más grande de la provincia de Buenos Aires. Ocupa un predio de 163 hectáreas donde viven más de 2.600 personas. El lugar es escenario frecuente de hechos de inseguridad y es utilizado por delincuentes como vía de escape en persecuciones policiales.