La rereelección de intendentes ya es la nueva grieta política en la Provincia

El creciente protagonismo de los jefes comunales le dio lugar a un reclamo que hasta ahora no era conocido. Los caudillos del conurbano con dos mandatos a cuestas aspiran a lograr al menos uno más. Algunos proponen ir a la Justicia.

La remontada electoral del Frente de Todos (FdT) en la provincia de Buenos Aires respecto de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) tuvo efectos inmediatos (un alivio para el Gobierno nacional y el bonaerense) y otros más indirectos. Entre estos últimos surgió un tema que, a menos de dos semanas de los últimos comicios, ya es la nueva divisoria de aguas en la provincia que gobierna Axel Kicillof: el debate sobre si los intendentes deberían poder aspirar a un tercer mandato.

Ocurre que los jefes comunales fueron instrumentales en la recuperación de votos del FdT. Se pusieron al hombro la campaña y lograron, en algunos distritos, dar vuelta el resultado de las PASO y en otros, achicar la diferencia con Juntos, el frente opositor. Y ahora piden, a manera de premio si se quiere, poder desprenderse de la limitación a las reelecciones, algo de lo que diario Hoy viene informando desde agosto último.

La nueva grieta

Una ley provincial aprobada en 2016, durante el gobierno de María Eugenia Vidal, dispone que los intendentes y concejales solo pueden ejercer dos mandatos consecutivos, y no podrán ser reelectos más de una vez a menos que transcurra un período en medio.

En los últimos días, desde ambos lados del arco político, figuras de peso se vienen expresando a favor o en contra de la idea. Tal como ocurriera el año pasado con el tema de la presencialidad en las escuelas, o luego en torno a las vacunas contra la Covid-19 y aun después, con la vigencia de restricciones a la actividad comercial, el tema de las reelecciones indefinidas se convirtió en la nueva grieta de la política bonaerense.

Desde los dos campos se esgrimen conceptos destinados a congraciarse con la opinión pública. Los que están a favor de la “rere” arguyen que elegir a quien se quiera es un derecho del pueblo; los que están en contra advierten sobre los peligros de que los dirigentes se anquilosen en sus puestos y la política pierda oxígeno.

Y la línea divisoria no pasa limpiamente entre los partidos, sino que entre los caudillos locales que empujan la modificación hay varios que no pertenecen al peronismo sino que militan en Juntos.

Desde el Frente de Todos, son varias las voces que clamaron abiertamente por abolir la limitación. Gustavo Barrera, de Villa Gesell, dijo que el que decide cuánto tiempo se puede quedar en su cargo un mandatario es “el pueblo” y no una ley. “Quien saca dirigentes o los pone es el pueblo. La fecha de vencimiento la define el pueblo”, dijo.

Otros intendentes justicialistas que se oponen al estado de cosas son Julio Zamora, de Tigre, que considera que la ley “es inconstitucional”, porque los legisladores “no pueden modificar cuestiones que hicieron los constituyentes de la provincia de Buenos Aires”; y Pablo Torres, de Laprida. Este último se preguntó: “¿Por qué una ley va a limitar mi derecho a votar a un candidato?”.

Pero también desde la oposición hubieron voces a favor de la idea de extender la posibilidad de reelección. El radical Daniel Cappeletti, de Brandsen, dijo que si bien le parece correcto limitar las reelecciones, “lo que no es correcto es el punto de partida”, porque, en su opinión, la ley no puede pronunciarse sobre los mandatos que ya estaban en curso. También Facundo Castelli, alcalde de Puan, expresó que habría que hacer “una revisión legal” sobre la retroactividad de la norma.

Sin embargo, otras figuras de Juntos se expresaron muy categóricamente en contra de la idea de liberar las reelecciones. El diputado nacional electo Diego Santilli, por ejemplo, dijo que “no hay espacio” para discutir el tema. “Dos períodos y a cambiar”, sentenció. Similarmente, el senador provincial Andrés De Leo consideró que “el fin de las reelecciones indefinidas en la Provincia es una conquista que no se negocia”.

Entre los intendentes de la coalición opositora que se oponen están Néstor Grindetti, de Lanús, quien manifestó no compartir “la idea de la reelección eterna”; Diego Valenzuela, de Tres de Febrero, que opina que la ley “se tiene que mantener porque es un incentivo a la alternancia”; y Eduardo Campana, de General Villegas, para quien “no hay que perpetuarse en el poder”. (Los tres alcaldes mencionados se encuentran en su segundo mandato.)

El tema de las reelecciones se las trae. No solo produce un debate fácilmente explotable por los distintos actores de cara a la opinión pública, sino que genera una situación poco confortable en el Frente de Todos. Y quizás quien se encuentra en el punto más incómodo es el gobernador bonaerense.

Una posición incómoda

Kicillof necesita mantener la buena relación con los intendentes “propios”, pero acceder al pedido de revertir la ley lo enfrentaría directamente con Sergio Massa, quien la patrocinó en su momento. De hecho, el proyecto fue presentado por Rubén Eslaiman, un legislador massista.

Por eso, el mandatario bonaerense se niega de plano a modificar por decreto la reglamentación de la ley. En ese sentido se expresó ayer el jefe de Asesores de su gobierno, Carlos Bianco. Tal como lo consignó este diario en su edición de ayer, el funcionario dijo que el tema “probablemente” será debatido en la Legislatura y que él, en lo personal, opina que los alcaldes deberían poder ser reelegidos todas las veces necesarias. Tras esa opinión hay que leer, claro, la del propio Kicillof. Pero el gobernador no puede manifestarla abiertamente si quiere mantener las relaciones con Massa, padrino de una ley que, en esencia, no hace más que reproducir la norma vigente a nivel nacional para el Presidente y su vice.

Tres variantes y una trampita

De las alternativas que se pusieron sobre la mesa hay una que ya parece descartada: un decreto de Kicillof. Las otras dos son una modificación de la ley en la Legislatura y, de no ser posible, una tercera que esgrimen los intendentes: presentación judicial para que un juez determine que la norma no puede ser retroactiva y que, por lo tanto, solo pueden computarse desde después de la entrada en vigencia del precepto. Esta opción habilitaría a los intendentes que estaban en funciones en aquel momento, y que ya fueron reelegidos, a presentarse para un tercer período en 2023, pero no más.

Pero hay también un rodeo posible. En virtud de un polémico decreto con que Vidal reglamentó la ley, un mandato solo se considera ejercido si duró al menos dos años. Es decir que los jefes comunales que van por su segundo mandato tienen hasta el 9 de diciembre para renunciar o pedir licencia y así quedarían liberados de la restricción. Ya hay varios que podrían hacerlo, porque dejaron sus intendencias para asumir puestos en el Gobierno nacional o el provincial o para postularse a cargos legislativos . La cuestión de las rereelecciones promete seguir agitando las aguas en la Provincia.

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