Oficializaron subas en la luz y el gas

Tras las audiencias públicas realizadas a mediados de noviembre, el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, indicó ayer que las tarifas de electricidad para usuarios residenciales aumentarán un 34% y las de gas, hasta un 57% entre diciembre de 2017 y febrero de 2018, lo cual influirá en la inflación en el orden de 1,2 puntos, aunque será “por única vez”.

Durante la conferencia de prensa, realizada en el Palacio de Hacienda, Aranguren ejemplificó algunos cuadros de pago y explicó que, “en el caso de la electricidad, una familia tipo, que consume entre 300 y 500 kilovatios/hora al mes, va a estar pagando por debajo de $900; en el caso específico del gas natural, aproximadamente unos $600. O sea, en total, unos $1.500 dedicados al consumo de electricidad y gas natural en una familia típica de la Argentina”.

En este marco, el funcionario remarcó que el “objetivo es normalizar el sistema eléctrico y el de gas” en cumplimiento de los preceptos establecidos por la Corte Suprema de Justicia, para que estos se apliquen en un marco de “previsibilidad y gradualidad”. 

Aranguren se refirió también a los cortes de energía que se registran especialmente durante diciembre, enero y febrero, y aseguró que “en el verano pasado, comparado al anterior, los cortes de media tensión se redujeron un 45% y los de baja tensión, un 9%”, porque “hay mejor mantenimiento de la red eléctrica” y hubo inversiones por “45.000 millones de pesos”.

Según los cálculos de la cartera de Energía, el 90% de los usuarios tendrán como máximo un aumento del 39%, mientras que el 10% restante tendrá subas inferiores al 47%. En febrero, el 90% tendrá un alza menor al 18%, y el 10% restante que más consume, un incremento que no superará el 28%.

Asimismo, el ministro señaló que 4,2 millones de usuarios acceden a la tarifa social y que esto se mantiene para “proteger a aquellas familias que son vulnerables, que no pueden pagar el precio pleno”. En referencia a la garrafa social, indicó que se elevó el precio máximo de referencia de la garrafa de 10 kilos de $135 a $185.

“Somos importadores del 25% del gas que estamos consumiendo. Eso en un país que es abundante en recursos hidrocarburíferos es un sacrilegio, tenemos que recuperar la inversión que nos lleve a tener precios cada vez más bajos en la energía. Si no salimos de este esquema vamos a tener que seguir soportando precios de importación”, concluyó Aranguren.

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