Buitres y después: se desinfla el globo macrista

Tras la promulgación de la ley que habilita el pago a los holdouts, luego de 15 años de litigio, los economistas analizan los costos que el acuerdo podría tener para la economía de los argentinos. Recesión y endeudamiento, entre las principales preocupaciones

"Recesión” y “endeudamiento” son las palabras claves que utilizan los economistas consultados por Hoy a la hora de analizar el posible escenario que se abriría en la Argentina tras el pago de la deuda externa a los holdouts.

Ayer, la vicepresidenta Gabriela Michetti promulgó la ley sancionada por el Senado y que ratifica el acuerdo que selló el gobierno de Mauricio Macri con los acreedores que quedaron afuera de los canjes de 2005 y 2010, entre ellos los fondos buitre.

En este sentido, se autoriza a pagar 11.684 millones de dólares en efectivo para cerrar el litigio, los que se recaudarán mediante la colocación de bonos por 12.500 millones de dólares con el fin de que el excedente pueda cubrir a los bonistas que todavía no entraron en el acuerdo.

Para cumplir con ese pago, la iniciativa derogó las leyes Cerrojo y de Pago Soberano, normas sancionadas durante el kirchnerismo y que impedían mejores ofertas de pago a los bonistas que no entraron a los mencionados canjes.

Por esto, porque la Argentina necesita acceder al crédito internacional para financiarse, reducir el déficit y salir del default, es que los especialistas precisaron lo “inevitable” del asunto, pero advirtieron sobre los costos que ello podría tener para la economía nacional, en tiempos de incesante inflación y despidos a mansalva. 

“La lógica del gobierno es irracional, irresponsable”

Por Claudio Lozano (Economista. Exdiputado nacional)
Especial para Hoy

Inexorablemente, el acuerdo con los fondos buitre llevará a la Argentina a un período recesivo y de mayor endeudamiento, tal como ya nos sucedió en los años ’90 y luego con el estallido de diciembre del 2001. Lo más preocupante es la lógica irresponsable e irracional del gobierno, al cerrar de cualquier manera con los holdouts, queriendo sostener el crecimiento argentino en base a deuda y con argumentaciones naif, como por ejemplo decir que es necesario el financiamiento externo para la obra pública o para desarrollar viviendas. Está claro que no se necesitan dólares para eso, porque prácticamente el 90% de los componentes de la obra pública y las viviendas tienen que ver con pesos.

Como agravante, los trabajadores están sometidos a la extorsión que supone tratar de mantener el empleo, no ser despedidos, a cambio de mantener el poder adquisitivo. Es una ilusión creer que saldar la deuda con los buitres solucionará esta coyuntura.

“Argentina no puede pagar la deuda”

Por Julio Gambina (Doctor en Ciencias Sociales. Profesor en la UBA)
Especial para Hoy

Para mí es una ilusión del Poder Ejecutivo y de quienes votaron a favor del acuerdo, creer que ahora vendrán inversiones y préstamos a tasas baratas.
Esto no puede ser así porque la propia situación internacional no es proclive a la llegada de inversiones o préstamos a la Argentina.

Por todo esto, yo creo que la ley sancionada es altamente inconveniente para la economía y la política argentina.

Respecto del tipo de préstamo por 12.500 millones de dólares que se autorizó, en 10 años vamos a tener un stock de deuda por 25 mil millones de dólares y la Argentina no está en condiciones de absorber semejante deuda.

Lamentablemente, si tras el pago a los holdouts entran nuevos préstamos vamos a seguir financiando la salida de capitales, tal como ocurrió durante el menemismo y el kirchnerismo.

“El acuerdo me parece negativo

Por Roberto Dvoskin (Profesor en la Universidad de San Andrés)
Especial para Hoy

En un mundo capitalista, el crédito es central para que la sociedad pueda avanzar. La Argentina debía solucionar el litigio de más de 15 años con los holdouts, pero la cuestión es cómo se resuelve y a qué costo. Si yo tomo un crédito, y con ese crédito no logro generar recursos para pagarlo y poder crecer, lo mejor es no tomar deuda. Lamentablemente no sabemos cuánta plata va a recaudar o conseguir el gobierno, ni qué va a hacer con ese dinero; lo único que sabemos es que casi todo el préstamo que consigan se va a destinar a saldar la deuda con los buitres. En este sentido, el acuerdo me parece negativo, porque no es una deuda productiva sino improductiva. Hoy, no hay nada que nos diga que el financiamiento va a ayudar a mejorar la obra pública, generar empleo o mejorar salarios. Si usamos el préstamo para tapar baches y se profundiza la recesión, podemos volver a tener una crisis como la del 2001.

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