Crece el monotributo como informalidad laboral
El aumento de monotributistas refleja más precariedad que formalización.
El recorte de becas y proyectos dispuesto por el Gobierno compromete la continuidad de laboratorios y la formación de nuevos científicos.
07/12/2025 - 00:00hs
El sistema científico argentino enfrenta un quiebre. La Agencia Nacional de Promoción de la Investigación y el Desarrollo Tecnológico resolvió discontinuar las convocatorias tradicionales y cancelar proyectos en curso, al tiempo que planea abrir líneas condicionadas al sector privado. La medida, presentada como reorganización, es interpretada por investigadores como un recorte encubierto que deja a la ciencia sin respaldo y a miles de becarios en un escenario de incertidumbre.
La eliminación de los proyectos PICT, que durante años sostuvieron la diversidad de investigaciones en universidades y centros de estudio, es vista como un golpe directo a la autonomía del conocimiento. En su lugar, la nueva línea AIC promete financiamiento limitado y condicionado a la articulación con cadenas de valor productivas. El cambio de paradigma se justifica en la necesidad de eficiencia, aunque los especialistas advierten que sin investigación básica no hay innovación sostenible ni formación de capital humano.
Ecosistema en riesgo
La comunidad científica señala que el ajuste no solo afecta a los laboratorios, sino también a la posibilidad de mantener un ecosistema tecnológico competitivo. Argentina se había consolidado como líder regional en startups de base científica, con empresas de biotecnología y tecnología profunda que nacieron gracias a décadas de inversión pública. Sin ese soporte, el riesgo es que el país pierda posiciones estratégicas y que los jóvenes investigadores busquen oportunidades en el exterior.
La reacción se multiplicó en redes sociales y asambleas. Becarios y técnicos denuncian que llevan más de un año con becas congeladas y que la falta de financiamiento amenaza la continuidad de proyectos en biología molecular, agro y biotecnología, áreas donde Argentina había alcanzado reconocimiento internacional. La sensación de abandono se mezcla con la percepción de que el Gobierno privilegia acuerdos coyunturales mientras desarma la base de la producción científica.
Consecuencias sociales y políticas
El ajuste en ciencia no se limita al plano académico. La reducción de becas y proyectos impacta en el empleo, en la formación de nuevos profesionales y en la capacidad de generar soluciones locales a problemas estructurales. El Gobierno impulsa la innovación como motor productivo, al tiempo que se desfinancia el conocimiento que la sostiene. Investigadores advierten que esta dinámica puede llevar al país a un esquema de patrocinio privado donde solo sobreviven las iniciativas que interesan al mercado.
La crítica hacia la administración libertaria se centra en la falta de una política científica sostenida. El recorte se interpreta como parte de un ajuste más amplio que prioriza la reducción del gasto público por encima de la construcción de capacidades estratégicas.
En este contexto, el sistema científico se enfrenta al dilema de sostener un futuro tecnológico sin el respaldo de la ciencia básica. Para gran parte de la comunidad, ese horizonte aparece como inviable. Lo que está en juego no es solo la continuidad de proyectos, sino la posibilidad de que Argentina mantenga un lugar en el mapa global del conocimiento.