EN FOCO

¿Cuánto nos cuesta vivir?

Se consume menos, las ventas bajan, los despidos crecen. El círculo vicioso favorece la baja de los salarios, la caída estrepitosa del poder adquisitivo.

¿Qué es la recesión? Es sentir culpa de comprar si quiera lo necesario, mínimo e indispensable para vivir porque el salario no te alcanza. Entonces, empezás por recortar gastos en lo que puedas: desde alimentos y artículos de limpieza hasta la ropa.

Se consume menos, las ventas bajan, los despidos crecen. El círculo vicioso favorece la baja de los salarios, la caída estrepitosa del poder adquisitivo.

Pero hay necesidades básicas de las que no se puede prescindir y entonces las familias hacen malabares para llegar a fin de mes. En la Provincia, por ejemplo, el salario de un trabajador estatal puede oscilar entre los $14.375 de un docente que recién se inicia; los $17.000 de un policía que todos los días arriesga su vida (tal como ocurrió en las últimas horas) y, para llevar el pan a su mesa, tiene que hacer horas adicionales; o los $20.000 que a regañadientes puede percibir un médico en un hospital público.

Cualquiera de esos salarios, en una familia tipo de cuatro integrantes (matrimonio más dos hijos en edad escolar), duran lo que un pestañeo. Y, cómo se verá, para alimentarse, pagar servicios, transporte, alquiler y comprar alguna vestimenta necesitarán más que un salario.

Ejemplos cotidianos

Para empezar, suponiendo que la familia en cuestión alquila en una zona alejada de La Plata, fuera del casco urbano, donde los valores de un alquiler resultan más accesibles, la cuota mensual por una vivienda con dos dormitorios no bajaría de los $7.800.

Otro gasto fijo para este grupo de platenses sería el transporte público. Con los nuevos valores tarifarios que regirán dentro de 15 días, al mes, cada integrante de la pareja debería desembolsar para ir a su trabajo en el centro $420 por boleto de colectivo y otros $420 para llevar a sus hijos al colegio. A partir de octubre, cuando finalice el ajuste tarifario, el monto se elevará a los $570 mensuales para cada caso. En total, entre sus viajes al trabajo y al colegio de los chicos habrán gastado $1.710.

Entre los imprescindibles se encuentran también los servicios: luz, agua y gas. Siendo muy austeros, el pago total por estos consumos puede superar los $2.000. Como se sabe, el gasto de gas se dispara en invierno, como en verano ocurre con el de luz. Y el jueves, el Gobierno anunciará otro aumento en la electricidad de alrededor del 30%. Lo mismo ocurrirá meses después con el gas.

Solo en servicios, alquiler, y transporte, la familia habrá desembolsado un mínimo de $11.510.

Así, en apenas tres compras se pueden ir fácilmente unos $1.240 incluyendo apenas lo básico, indispensable y económico, sin tener en cuenta “lujos” ni extravagancias.

Ahorrar para sobrevivir

Ni la vestimenta ni el divertimento de una salida al cine o al teatro se incluyen en esta muy básica canasta, a la que una familia tipo de la Argentina solo puede acceder solo si trabajan los dos integrantes de la pareja.

Y, conforme la inflación vaya licuando más el poder adquisitivo, los bolsillos se seguirán ajustando. Ese, ni más ni menos, es el efecto de la recesión que destruye familias y, con ellas, el aparato productivo y el mercado interno. 

Nada es consecuencia de un castigo bíblico. Todo es obra de la incapacidad de un Gobierno que para bajar el déficit mata a la gallina de los huevos de oro: la obra pública que generaría empleo, consumo, dinero. Y que reavivaría la debilitada llama de la esperanza.

Lo que quede, para comer

Una vez saldado el alquiler, los servicios y cargado la SUBE para el transporte de todos los días, queda ir al supermercado. Si se tiene en cuenta que por una austera compra diaria una persona paga no menos de $300, el monto se eleva cuando lo que hay que alimentar es una familia. En este caso, el gasto diario puede superar los $700, lo que a la semana (sin contar los domingos) da $4.200, al mes, $16.800.

Suponiendo que la familia del ejemplo no se traslada a los centros comerciales del casco urbano y que diariamente recurre al supermercado de su barrio, podemos enumerar los siguientes ejemplos:

Con $480 hoy se pueden comprar apenas diez artículos, para unos pocos dos comidas: tapa de empanadas ($35), sal fina ($20), dos pimientos rojos ($35), picada ($60), huevo ($60), medio kilo de queso cremoso ($125), un kilo de arroz ($21), dos paquetes de salchichas de seis unidades ($64), mayonesa de 475 gramos ($43), aceite de 1,5 litros ($77).

En cambio, se necesitarán $759, 50 más si se agregan a la compra un kilo de pan ($50 como mínimo), un kilo de nalga para milanesa ($249), pan rallado por 500 gramos ($42,40), dos cajas de hamburguesas por cuatro unidades cada uno ($86,10), leche de litro ($35), dos paquetes de galletitas ($40), dos kilos de papa ($32), un paquete de fideos por 500 gramos ($32), un kilo de yerba ($98), queso rallado por 120 gramos ($50) y dos kilos de naranjas ($45), azúcar.

Claro que el gasto diario se encarece al agregar otros artículos igualmente necesarios como los que hacen a la limpieza y la higiene personal. Solo en este rubro, con $405, se compran un jabón de tocador ($20), jabón en polvo por 800 gramos ($60), detergente ($35), papel higiénico ($30), lavandina por un litro ($25), cuatro cepillos de dientes ($123), y dos pastas dentales ($112).