Dólar: pese a que bajó algunos centavos, preocupa su efecto sobre el mercado interno

Luego de haber alcanzado su máximo histórico, ayer la divisa detuvo su incremento. Por la fuerte acción de los bancos oficiales se ubicó en $19,85. Ante las oscilaciones de la moneda extranjera, los especialistas alertan sobre el impacto en la economía cotidiana

Tras cinco jornadas consecutivas de aumento, luego de las cuales el dólar alcanzó su máximo histórico, ayer finalmente el tipo de cambio logró un retroceso, terminando la jornada en $19,85. En un mercado que operó con constantes oscilaciones, la disminución de ocho centavos con respecto al cierre de la jornada del viernes se debió en buena parte a la intervención de los bancos oficiales.

En la semana la acumulación fue de 81 centavos, pero la presencia de los bancos oficiales cuando la divisa extranjera se acercó a los 20 puede ser interpretada como una señal de cuál es el límite al que el oficialismo pretende que llegue la “fiebre verde”.

El brusco movimiento de los últimos días sorprendió hasta a los propios operadores del mercado, que no esperaban estar tan cerca de la barrera de los $20 en tan corto plazo. 

En quince días de operaciones en enero, el billete estadounidense alcanzó un tercio de todo lo que subió durante 2017, cuando había escalado un 17,3%. La explicación más firme del incremento tiene que ver con la reacción a la baja de tasas que profundizó el martes el Banco Central. La entidad conducida por Federico Sturzenegger decidió realizar un recorte de 75 puntos básicos, que se sumó al que había concretado el 9 de enero en igual proporción.

La determinación del BCRA de bajar la tasa de interés de la política monetaria generó que mucha gente que apostaba a grandes ganancias en las Lebac se fuera directamente al dólar, lo que llevó a la moneda norteamericana hacia arriba. Por otra parte, el dólar blue retrocedió seis centavos, finalizando en los $19,97. En el Banco Nación, el dólar bajó 10 centavos, quedando a $19,80 para la venta; mientras que el “contado con liqui” cedió tres centavos, a $19,61.

Ayer, por primera vez en el año, el volumen operado en el sector mayorista superó los 1.000 millones de dólares.

Uno de los elementos a tener en cuenta es cómo repercutirá el valor del dólar en el empleo y la economía doméstica. Si bien el aumento que ha venido registrándose puede ser leído en términos positivos por una parte del Gobierno, sobre todo ante la presión de sectores vinculados a la exportación que venían quejándose del atraso cambiario, por otro lado existe en el oficialismo la preocupación de que haya una traslado hacia los precios, en especial a aquellos productos que conforman la Canasta Básica de alimentos. 

Volatilidad e impacto en el bolsillo de la gente

El periodista especializado en economía y director de la consultora “Focus Market”, Damián Di Pace, señaló a este medio que “la suba se corresponde con dos variables no menores que son la nueva meta inflacionaria y la baja de la tasa de interés que propuso Sturzenegger el día martes” y, advirtió que el incremento “es conveniente por una parte y defectuoso por otro”. 

“Es conveniente porque después de que la Argentina tuvo una balanza comercial negativa por US$ 8.500 millones y de US$ 10.200 millones  de gastos al exterior por turismo, de alguna manera nuestro país se vuelve más competitivo frente a la posibilidad de exportar y mejorar esa relación. Pero por otra parte esto perjudica claramente al mercado interno, tiene su impacto sobre cada uno de los ciudadanos de a pie”, explicó Di Pace.

Respecto a este último aspecto detalló: “Al evolucionar drásticamente el tipo de cambio en el último mes y medio, termina impactando en la nafta, e inmediatamente esto se traduce en un aumento de los costos de distribución de los productos. Paralelamente tenemos una situación, en el caso de los bienes durables, como son automotor, motos y otros domésticos que tiene insumos dolarizados, los cuales van traduciéndose en un mayor precio en el mercado interno. Y, a su vez, hay una situación en la que, por ejemplo, aquellos que tienen pensado tener su primera vivienda, al estar nominada en dólares van a necesitar más pesos para poder afrontar un crédito”.

Desde la administración de Cambiemos, el propio ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, salió a poner paños fríos a la situación al asegurar que la suba del dólar “es absolutamente normal” y recomendó ir “acostumbrándose” a las fluctuaciones del tipo de cambio.

“Tenemos un tipo de cambio flotante, a veces se aprecia y otras se deprecia. Es absolutamente natural, acostumbrémonos. Estoy convencido de que es el sistema adecuado para la Argentina ya que nos preserva de que los shocks generen aumento de la tasa de desempleo”, sostuvo.

Objetivos “cruzados”

Consultado por esta situación, el economista e investigador del Conicet Nicolás Zeolla argumentó que “en el Gobierno sostienen que hay un consenso técnico a nivel internacional acerca de que lo mejor para llevar adelante la política monetaria de un país es tener un tipo de cambio flotante. Sin embrago, la Argentina está pasando por un momento diferente de lo que debería ser la normalidad de una política económica, entonces lo que sucede es que los manuales de afuera no sirven para entender lo que pasa en el país y la política económica empieza a mostrar baches”.

El economista sostuvo que “ahora el Gobierno lo que está haciendo es convalidar una devaluación”. “Ante las presiones por parte del sector financiero, producto de que bajaron las tasas de interés y empiezan a ver que el negocio de las Lebac no es tan rentable, eso genera presiones sobre el dólar que hacen que la moneda norteamericana suba”, señaló Zeolla.

Para finalizar, agregó que “el problema de todo esto es que el Gobierno lleva adelante una política en la cual los objetivos se le empiezan a cruzar. Quiere bajar la inflación pero devalúa, esa devaluación va a tener un impacto en los precios y este círculo termina en una caída del salario real”. 

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