Echegaray, ¿también garante de la impunidad macrista?

. Favoreció a empresarios kirchneristas como Lázaro Báez o Cristóbal López, pero también a otros como Aldo Roggio y Ángelo Calcaterra, primo del Presidente.

“Hay personas que son intocables como el ex titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, que es increíble que todavía no esté procesado” en la causa de los cuadernos, advirtió hace algunas semanas la diputada del Parlasur y aliada de Cambiemos, Mariana Zuvic, sobre quien fuera garante de la impunidad en los años de la corrupción kirchnerista.

Dijo entonces la legisladora lo que tantas veces, casi en soledad, informó este diario: que el exrecaudador “fue quien garantizó este saqueo en la Argentina mirando para otro lado, por ejemplo, desactivando los reportes de operaciones sospechosas de empresas fantasmas usadas para lavar dinero”. Favoreció a empresarios kirchneristas como Lázaro Báez o Cristóbal López, pero también a otros como Aldo Roggio y Ángelo Calcaterra, primo del Presidente.

Ambos son investigados por el pago de coimas en la causa de las fotocopias de los cuadernos, y, según consta en el expediente que sigue el juez Claudio Bonadio, integraron el extenso listado de beneficiados que entre 2010 y 2015 accedieron a alguno de los 1.530 planes de pago “a medida” por un total de $29.800 millones. Iecsa (de Calcaterra), Electroingeniería (de Gerardo Ferreyra) y Roggio (de Aldo Roggio), entre otras, fueron beneficiadas por el artículo 32 de la Ley de Procedimiento que permite otorgar discrecionalmente planes especiales de pago de hasta 150 cuotas y a tasas de interés muy bajas a contribuyentes que mantienen deudas millonarias con el Estado.

Fue el mismo artículo por el que en 2010 la imprenta Ciccone accedió a un plan de facilidades de pago, medida que le significó a Echegaray quedar imputado pero libre.

Incluso, fue este medio el que reveló que, mucho antes que el exvicepresidente, Amado Boudou, Echegaray quiso quedarse con la máquina de imprimir billetes de la exCiccone Calcográfica. Sin embargo, el extitular de la Afip se mantiene al margen de los famosos “cuadernos”, libre e “intocable”. Vamos entendiendo por qué.