“El gesto de madurez del Gobierno fue aceptar la derrota como definitiva”
Julio Bárbaro analizó, en diálogo con diario Hoy, qué podría suceder en la elección del domingo, tras el resultado de las PASO. Además, calificó a Macri como “nefasto”.
polémico y frontal. Así puede calificarse a Julio Bárbaro, un analista político al que vale la pena consultar cuando se busca una opinión sincera. En esa línea fue diario Hoy, que buscó su experiencia para evaluar el resultado de las PASO y analizar qué podría pasar en las generales del domingo próximo.
—¿Cree usted que el Gobierno ha hecho suficiente para obtener un resultado diferente al de las PASO?
—Yo creo que no hay una campaña para dar vuelta el voto. El gesto de madurez del Gobierno fue aceptar la derrota como definitiva. Hay gestos y hechos aislados, pero el Gabinete que pusieron es un Gabinete para gobernar dos años, no para ganar una elección. La expresión más clara es Aníbal Fernández: vos no lo ponés para ganar una elección. Me parece que el Gobierno está en pedazos. Lo dan por derrotado a Alberto (Fernández), a La Cámpora en especial y a (Axel) Kicillof. Hay como un sector de derrotados, y los que se sienten separados de la derrota se quieren hacer cargo de los dos años que vienen, está claro eso. Eso desata una interna, la desarrolla y la concreta.
—¿Por qué la gente respaldó a quienes sacaron hace dos años?
—La Argentina siempre se debate entre dos versiones del fracaso y siempre se vota en contra del fracaso vigente. Pero el peronismo, que se vio expresado en los gobernadores del Norte, se quiso hacer cargo de los dos años que quedan y, en última instancia, Cristina Kirchner, ante el fracaso de Alberto, vio con simpatía a quien venga a ser una opción de posible triunfo, que hoy es Manzur y que en el fondo son una expresión política más integradora y más expresiva de su pueblo que La Cámpora y que el marxismo y el progresismo de Alberto.
—¿Por qué no hay en Argentina terceras posiciones fuertes?
—Porque la dictadura impuso el poder de los bancos, y los bancos tienen dos partidos para que los dejen robar, dos versiones del robo. La tercera sería la lucidez de sacarse a los bancos de encima, pero todavía no pudimos salir nunca de Martínez de Hoz y de Cavallo.
—¿Cómo ve usted el panorama en los próximos dos años?
—Si el poder político no recupera su capacidad de conducir el poder económico, la Argentina será una colonia. El último intento del poder político fue Raúl Alfonsín, que hizo una pulseada contra el poder económico. La perdió, pero lo intentó. Ya Menem le regaló al poder económico el poder político y de ahí en más el poder político fue la expresión de las empresas privatizadas, que son la nueva burguesía. Entonces del país sale más plata que la que generamos, por el invento de las privatizadas, que es un delito en sí mismo, porque Argentina es el único país del mundo donde las rutas las hace el Estado y las casillas de peaje las pone el privado, y eso no es privatizar, eso se llama robar, que es otra cosa. Y azora verlos a Macri y a Alberto, porque son dos personajes que dan vergüenza ajena, sin tomar conciencia ellos de que son una vergüenza.
—Para salir de este bipartidismo, ¿la gente debe votar con más responsabilidad?
—La gente vota muy bien. Lo que pasa es que no tiene opción. La dirigencia política argentina no da opciones. No hay ninguno que valga la pena ser votado. El último político fue Raúl Alfonsín. Él era la expresión de la política en contra del poder de los bancos, y en su caso también los sindicatos. El único país en donde los sindicalistas son más ricos que los empresarios es la Argentina. Hay una cosa que es inaceptable, que es que lo que da pérdida no se puede privatizar, y acá se privatiza porque van a medias: “Te subsidio el 50 y me devolvés el 25”. Esos eran los subsidios de Macri, que fue nefasto. El Fondo (Monetario Internacional) le prestaba para rajar la guita juntos y te dice que es lo mismo deberle al Fondo que no deberle a nadie, nos toman de idiotas. En la Argentina la política toma a la gente de tonta. El Gobierno diciendo que es de izquierda y Macri diciendo que es liberal. Son dos mentiras, dos falsedades. Ni el Gobierno es de izquierda, ni Macri es liberal. Son dos tipos que se dividen las empresas con las que se llevan la ganancia.