"Hay un rescate a los financieros, pero no está habiendo un rescate a la gente"
Lousteau planteó que la ayuda de Estados Unidos no alivia a la población.
Milei profundiza recortes con guiños al FMI, en un intento de estabilidad que choca con el derrumbe del consumo y la tensión social.
29/09/2025 - 00:01hs
El gobierno de Javier Milei acelera un programa de ajuste que, lejos de estabilizar la economía real, multiplica tensiones sociales y políticas. Los recortes en subsidios a energía y transporte, junto con la poda de transferencias a provincias, golpean a sectores ya debilitados por la recesión. A esto se suma la reforma previsional en estudio, que plantea modificar la fórmula de actualización y hasta elevar gradualmente la edad jubilatoria, una señal clara de que el costo del ajuste recae sobre los más vulnerables.
Esta combinación de recortes y menor actividad económica reduce la recaudación y amenaza el superávit primario, lo que obliga a buscar financiamiento externo y acuerdos con organismos multilaterales. En paralelo, el Banco Central intenta contener la brecha cambiaria con reservas limitadas, mientras Economía explora un nuevo programa con el FMI, condicionado a reformas estructurales que profundizan la dependencia.
En el frente social, la pérdida de ingresos y el deterioro del empleo elevan la conflictividad gremial. El Gobierno intenta responder con asistencia focalizada, pero la ausencia de planes a largo plazo alimenta la protesta y la desconfianza.
En este contexto, la administración de Donald Trump presiona por un alineamiento más firme en la región, mientras el FMI celebra el respaldo de Washington y exige “irreversibilidad” en las políticas de ajuste.
Así, tras la derrota electoral en Buenos Aires y sin mayorías legislativas, Milei enfrenta el desafío de sostener consensos que no tiene. La estrategia oficial confía en la disciplina fiscal y en la promesa de inversiones futuras, pero el tiempo político se acorta y la economía real se hunde.