Denunciaron por corrupción a la dirección del Anses
Mientras el gobierno de Milei ajusta a jubilados, reunieron pruebas que demuestran maniobras fraudulentas dentro del organismo.
Nación impulsa una “reforma moderna” que flexibiliza convenios y abarata despidos. La promesa de eficiencia encubre un retroceso en los derechos.
17/10/2025 - 00:01hs
El 61° Coloquio de IDEA en Mar del Plata se convirtió en una vidriera privilegiada para el oficialismo. Funcionarios, empresarios y candidatos compartieron escenario en un clima donde la “modernización laboral” fue presentada como la gran apuesta del gobierno de Javier Milei de cara a las legislativas de octubre.
El vocero presidencial Manuel Adorni sostuvo que los dos primeros años de gestión se dedicaron a “ordenar el descalabro heredado” en materia fiscal, monetaria y cambiaria. Según su planteo, ahora llegó el turno de las “reformas profundas” que, en la narrativa oficial, permitirán una economía más competitiva, aunque el camino elegido se apoya en flexibilizar condiciones laborales y sacrificar derechos conquistados.
Adorni habló de modificar convenios colectivos, dar mayor libertad a la hora de firmar contratos y habilitar nuevas modalidades de pago. “Hace quince años que en Argentina no se crea un solo empleo privado formal neto”, afirmó, atribuyendo la parálisis a la “sobrerregulación” y no a la falta de medidas por parte del Ejecutivo.
Convenios bajo presión
El vocero apuntó contra las estructuras sindicales y los convenios vigentes. Según su visión, las pymes, responsables del 70% del empleo argentino, se ven frenadas por el “riesgo laboral” y la “industria del juicio”. Para revertirlo, el Gobierno propone habilitar la negociación libre entre cámaras empresarias y sindicatos, con el objetivo de adecuar los marcos contractuales a la realidad productiva actual.
La iniciativa incluye la posibilidad de pactar salarios en dólares y establecer bancos de horas para flexibilizar jornadas. En paralelo, se busca limitar la discrecionalidad de los jueces laborales y recortar el poder de los abogados especializados en litigios, a quienes Adorni calificó de “caranchos laboralistas”.
El planteo abre un frente de conflicto ya que, detrás de la retórica de modernización, se esconde la amenaza de un retroceso en derechos conquistados.
Caputo desde Washington y el mensaje empresarial
El ministro de Economía Luis Caputo reforzó la hoja de ruta poselectoral y explicitó el costado más sensible de la reforma laboral: abaratar los despidos para las empresas.
Caputo calificó al régimen laboral vigente como “arcaico, rígido e imprevisible” y sostuvo que la nueva normativa debe ser “más ágil y dinámica”, con el objetivo de terminar con la “industria del juicio”.
Más allá de los matices, el mensaje político fue nítido. El oficialismo necesita reforzar su número en el Congreso en las elecciones del 26 de octubre para avanzar con la reforma. En otras palabras, el futuro de los derechos laborales queda atado al resultado electoral.
El Coloquio mostró la coincidencia entre el oficialismo y el empresariado en torno a un ajuste presentado como modernización. No está en juego únicamente un conjunto de reformas, sino la definición del trabajo en la Argentina que viene. Las elecciones de octubre se perfilan como un plebiscito sobre los derechos laborales, amenazados por un proyecto que busca consolidar poder económico debilitando las protecciones de los trabajadores.