El Gobierno sufre la crisis cambiaria autoinfligida

El mercado arde, la ayuda de Trump se diluye, los dólares se van y un nuevo cepo contradice la ideología libertaria.

Política

02/10/2025 - 00:00hs

Bajo un contexto de tormenta financiera, el dólar oficial volvió a subir pese a importantes ventas del Banco Central, a cuenta y orden del Tesoro, estimadas por operadores en al menos 300 millones de dólares. Se trata de un nivel de intervención preocupante de cara a las 16 jornadas bursátiles que restan hasta las elecciones del 26 de octubre. Aún así el tipo de cambio minorista escaló $50 a $1.450 en el Banco Nación.

A su vez, los dólares financieros también cotizaron al alza y reflejan las crecientes expectativas de devaluación de los operadores. El contado con liquidación (CCL) operó arriba de $1.570.

En paralelo, los bonos argentinos en dólares cayeron hasta un 7% y sumaron su quinta jornada consecutiva en rojo. En este contexto, el Riesgo Aaís escaló a los 1.230 puntos básicos, la semana pasada había bajado los 900 puntos.

¿Y los dólares dónde están?

El Gobierno sigue sin acumular reservas como le exige el FMI y, ahora también, Estados Unidos. Todo lo contrario: los gasta. La semana pasada llegó a vender 1.100 millones cuando el precio del dólar superó la banda cambiaria.

Este miércoles operadores estimaron una intervención indirecta (del Tesoro) de 300 millones, contrario a las expectativas generadas por la liquidación extraordinaria de las cerealeras. Como resultado, la devaluación parece cada vez más inminente.

Es que el Gobierno logró solo comprar un tercio de la liquidación del campo por las retenciones cero. De los 7.000 millones de dólares, el Tesoro se quedó con poco más de 2.000 millones. Los agroexportadores que no dolarizaron demandaron cobertura vía contratos de dólar futuro o la suscripción de bonos. Esto generó la presión entre el dólar oficial y el paralelo.

El bajo precio del dólar, que el Gobierno mantiene hace meses, llegó a ser inviable. Esto se vio reflejado en la caída del turismo receptivo y el exponencial crecimiento de los argentinos que viajan al exterior, que se puede traspolar a la inundación de importaciones. Porque con un dólar bajo es más barato comprar afuera que producir en el país.

A esto se sumó un dato llamativo: según el informe de Balanza de Pagos del Indec, en el primer semestre del año, la importación de servicios digitales (Netflix, Spotify, etc) acumuló 822 millones de dólares; a contramano, en los primeros ocho meses del 2025 las ventas de litio al exterior alcanzaron los 494 millones de dólares.

Nuevo cepo espanta a aliados

A todo esto, en las últimas horas del miércoles el Gobierno aplicó un nuevo cepo: cortó abruptamente la venta de dólar oficial a través de billeteras virtuales.

Desde el Banco Central explicaron que no hubo cambio normativo, sino que encontraron “entidades no autorizadas a realizar operaciones al mercado de cambio para personas humanas”.

Sin embargo, fue muy evidente la aplicación de la normativa justo en la peor jornada bursátil de las últimas semanas. Esta decisión trabo críticas no solo de operadores y economistas, sino de exaliados como Ramiro Marra o de empresarios cercanos al Gobierno, como el ex-CEO de Syngenta, Antonio Aracre.

Se diluye el salvataje de EE. UU.

Una de las razones detrás de las últimas jornadas negativas en los mercados es que la última señal de concretarse la ayuda financiera de Estados Unidos fue un posteo en X del secretario del Tesoro, Scott Bessent, el miércoles de la semana pasada. Solo hubo un anuncio del salvataje, pero ninguna medida concreta aún.

A esto se suma que el funcionario estadounidense ató parte de la ayuda a la performance del gobierno de Milei en las elecciones del 26 de octubre, y la mayoría de las encuestas le dan perdedor.

Lo que si sucedió de la semana pasada a esta parte es la lluvia de críticas internas que recibió Donald Trump por bancar a Milei.

En paralelo, como informó diario Hoy en su edición anterior, trascendió el principal impulsor del salvataje al gobierno argentino no fue Trump, sino Bessent, quien rescató a un viejo amigo suyo, Rob Citrone, al anunciar las posibles ayudas a Milei.

Citrone venía comprando deuda y acciones argentinas desde la asunción de Milei. Adquirió bonos con tasas cercanas al 20%, convencido de que la probabilidad de default era menor. Gracias a esas apuestas, su fondo ganó 52% en 2024 y más de 20% en 2025, en dólares. No existe negocio financiero en el mundo que dé esa rentabilidad en moneda estadounidense.

El dato más llamativo es que durante septiembre, en plena corrida cambiaria tras la derrota electoral en provincia de Buenos Aires y con el fantasma del default sobrevolando la economía argentina, Citrone compró más bonos argentinos a precio de remate. Fue justo la semana anterior a los posteos en X de Bessent detallando el avance de las negociaciones con Milei. Días después, el anuncio del rescate del Tesoro hizo subir fuerte los precios de los bonos, por lo que Citrone se hizo de ganancias millonarias.

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