Hacia el podio mundial de la inflación

La inflación del 6,5% dada a conocer por el Indec para el mes de septiembre, la mayor del año, más alta que en diciembre de 2015 e igual al récord registrado en abril de 2016, supera la suba de precios de 155 países registrada durante todo 2017

La inflación del 6,5% dada a conocer por el Indec para el mes de septiembre, la mayor del año, más alta que en diciembre de 2015 e igual al récord registrado en abril de 2016, supera la suba de precios de 155 países registrada durante todo 2017.

Así lo remarcó un reciente informe del Fondo Monetario Internacional (FMI), que ratificó lo que ya había anticipado este diario: que Argentina cerrará 2018 entre las cinco naciones con más inflación del mundo, detrás de Venezuela, Sudán del Sur, Sudán e Irán.

Lamentable ránking, como también lo es aquel que posiciona al país entre los que más tiempo han sufrido una recesión, encabezado por el Congo y con la Argentina en segundo lugar, seguido por Irak, Siria y Zambia.

Mientras que el promedio de inflación mundial es del 3,3%, Argentina acumula en lo que va del año el 32,4% y el 40,5% en los últimos doce meses, con rubros como el transporte, la vestimenta, los alimentos, combustible y servicios al tope.

Para el final del año la proyección oscila entre el 45% y el 50%.

De hecho ayer, el Indec dio a conocer la suba más alta en los precios mayoristas, que escalaron en septiembre un 16% y acumularon un 74% en los últimos doce meses. Esto preanuncia que la inflación minorista seguirá en ascenso durante un lapso más, con chances de alcanzar el 50% en todo el año y alejándose cada vez más del realismo mágico del 10% presupuestado inicialmente por el Gobierno.

Entre las causas, se pueden mencionar la fuerte devaluación del peso y los constantes incrementos en el precio de la nafta.

Las consecuencias, aunque todavía inconmensurables, pueden preverse: el poder adquisitivo de trabajadores y jubilados por el piso, más pobreza e indigencia, enfriamiento del consumo, PyMes y fábricas obligadas a bajar sus persianas y más trabajadores en la calle.

Entonces, configurado ese escenario de tierra arrasada, el Gobierno espera que la inflación se desacelere: el deterioro del poder adquisitivo congelará más el consumo y, en consecuencia, los precios se estancarán. Solo en las películas de zombies podría aparecer un muerto en el supermercado.

Medalla de oro para la harina

Según los precios promedio informados por el INDEC, en los primeros nueve meses del año la harina encabezó el ranking de aumentos, con un alza de 144%, superior incluso a la devaluación del 100%.

La harina traicionó sobre al pan, que tuvo un incremento de 65,8% y a los fideos, que subieron 68,8% y, en menor medida, a las galletitas, que aumentaron 26%.

El pollo, con un incremento del 50% y la carne picada, con el 40%, también superan el promedio. También los huevos de gallina, con el 76%.

Por arriba de la inflación también se ubicó la yerba, cuyo precio se incrementó casi 48%. El aceite, con un alza de 66%, fue otro de los productos qué más subieron.