Jair Bolsonaro y Mauricio Macri no tan distintos

La derecha antidemocrática de nuestro país, tras una serie de acontecimientos, ha demostrado su deseo de gobernar a costa del incumplimiento de toda ley, aplicando violencia, amenaza y persecución. Sus lideres, los principales culpables.

En estos últimos años, las derechas antidemocráticas de la región latinoamericana han demostrado sus lados más oscuros y contradictorios, tanto en sus propias coaliciones como en sus discursos y acciones ante el pueblo. Proceso que continuará si se siguen avalando y replicando acontecimientos de in­justicia, violencia, persecución y antidemocracia.

Recientemente en Brasil se vivió una jornada golpista que pretendió instaurar nuevamente la negación a ser gobernados por un presidente electo democráticamente por el pueblo vecino. ¿Cómo? A través de la violencia y la convicción de sus ideales cuasi terroristas, guiados por los discursos de odio y actitudes antidemocráticas de su líder, Jair Bolsonaro.

Pero no muy diferente fue y es lo que sucede en la Argentina, sobre todo en el 2022, año preelectoral, pospandemia -momento geopolítico mundial con muchos desafíos para cada gobierno-, guerra, y particularmente con vaivenes en decisiones económicas para lograr un cambio de rumbo en nuestro país, endeudado y abandonado durante los cuatro años de gestión anterior, por Mauricio Macri y sus secuaces.

Todo ese transitar estuvo visiblemente acompañado por graves acontecimientos sociales, culturales y políticos, el intento de magnicidio contra la vicepresidenta, por un lado; la complicidad y connivencia de jueces, fiscales, políticos y agentes de grandes medios de comunicación, por el otro; disputas y amenazas, persecución institucional y organizacional a miembros de la actual gestión e indefectiblemente, al pueblo argentino, quien elige a sus representantes.

En ese sentido, militantes, organizaciones y funcionarios de los bloques antidemocráticos no solo que no se han pronunciado en contra de estos violentos acontecimientos inconstitucionales si no que han intentado culpabilizar a quienes son víctimas de su persecución, instalando un discurso de odio aún más grande y generando más disputas tanto en el arco político como en la sociedad.

Todo esto, de la mano de un fuerte apoyo del Poder Judicial que actúa en beneficio y conveniencia de intereses político y económicos, realizando trueques de favores entre diversas figuras del PRO y su alianza de Juntos por el Cambio.

Entonces, en las cartas que ponga cada miembro de la sociedad sobre la mesa al momento de decidir quién o quiénes los representará, deberán estar estos acontecimientos, que más allá de una ideología política demuestran hasta dónde son capaces de llegar por ocupar la bancada y el sillón presidencial, que decide el rumbo de un país, de una región y del mundo.

En tanto que los líderes representativos de estas derechas continúen construyendo discursos de odio y de violencia, de amenazas y persecución, dejando a un lado cualquier inocencia de sus palabras, acciones y repercusiones ante hechos escandalosos que deterioran el funcionamiento de los tres poderes, será la sociedad quien tome la decisión en las próximas elecciones de profundizar en el deterioro o demostrar, una vez más, que con el poder mafioso, el país no se negocia.

Vínculos que los develan

Tras el intento de golpe de Estado que se produjo en Brasil y la llamativa alocución de referentes del macrismo como Mauricio Macri y Patricia Bullrich atacando al kirchnerismo en lugar de condenar el ataque a la democracia en el país vecino, el canciller Santiago Cafiero recordó el vínculo que existe entre el expresidente y líder PRO y Jair Bolsonaro, el ex mandatario brasileño referente de los militantes que realizaron los hechos antidemocráticos.

Cafiero advirtió que existe una “radicalización de las derechas antidemocráticas en la región” y comparó la actitud del exmandatario de ese país con la de Macri.

“Cuando era jefe de Gabinete y la oposición argentina hablaba de infectadura, yo advertí que había en la oposición una colonización de parte de tendencias de la derecha antidemocrática”, sostuvo el funcionario.

En el mismo sentido, reflexionó que estas tendencias y actitudes políticas aparecen tanto en los casos de “(Donald) Trump en Estados Unidos, Bolsonaro en Brasil y lo representa (Mauricio) Macri en Argentina”.

A su vez, estimó, en cuanto a los ataques del fin de semana, que hubo “una organización, con un esquema de financiamiento para avanzar en esta suerte de levantamiento con acciones violentas, además de un dejar hacer de parte de la autoridad” local.

Consultado sobre la rápida reacción de la Justicia brasileña ante lo ocurrido y la comparación con la investigación sobre el intento de magnicidio a la vicepresidenta Cristina Kirchner, Cafiero indicó que “cuando el Poder Judicial se siente amenazado actúan con más velocidad”, al recordar que en los disturbios también fue atacada la sede del Tribunal Supremo de Brasil.

“No es solamente una integración económica o financiera, sino robustecer las instituciones democráticas de cada uno de los países”, apuntó el funcionario, que también comparó la reacción de Bolsonaro, victimizándose de manera insólita, con Macri y Juntos por el Cambio.

“Lo mismo dijeron Macri y muchos dirigentes violentos de Juntos por el Cambio (JxC) cuando colgaban bolsas mortuorias en Casa de Gobierno” durante la pandemia, recordó. Y concluyó: “Cuando uno siembra odio, cosecha odiadores”.

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