Este 12 de junio se cumplen casi cinco décadas de la renuncia pública de Perón, donde murió 19 días después en un discurso que sonó a despedida.
Ese miércoles 12 de junio de 1974, sin dudas, quedará para la historia como uno de los días más tristes para el peronismo, ya que el principal líder, Juan Domingo Perón, se despedía de su cargo debido a una amenaza de renuncia que hacía peligrar su muerte.
Diecinueve días después se anunciaba la muerte de uno de los personajes más icónicos de la historia Argentina. El lunes 1° de julio pasaría a la inmortalidad el General, que días antes había pronunciado: “Para finalizar, deseo que Dios derrame sobre ustedes todas las venturas y la felicidad que merecen. Les agradezco profundamente el que se hayan llegado hasta esta histórica Plaza de Mayo. Yo llevo en mis oídos la más maravillosa música que, para mí, es la palabra del pueblo argentino”.
Ese día sus palabras apuntaron a la sensibilidad de sus oyentes, quiénes lo habían apoyado depositando en las urnas su voto y que representaron el 62% del total, para alzarlo como presidente por tercera vez.
“Si llego a percibir el menor indicio que haga inútil ese sacrificio, no titubearé un instante en dejar este lugar a quienes lo puedan llenar con mejores probabilidades”, había manifestado en ese entonces.